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GUILLEM MAS La historia se repite. El pueblo de ses Salines sigue fiel a su inestabilidad política que ha sido la tónica general desde la instauración del ayuntamiento democrático.

La salida del NIL del pacto de gobierno ha dejado a PSOE y UM en minoría, una situación que desde la formación nacionalista se califica de «insostenible y perjudicial» para el municipio. La tensión es tal que, vistos los acontecimientos, el único motivo que mantiene a los regidores Bartomeu Lladonet y Joan Salvà sigan fieles al pacto es «porque queremos seguir trabajando para los ciudadanos».

Por ello, UM ha dado un plazo de un mes al alcalde Sebastià Burguera y al PSOE de ses Salines para que retornen la estabilidad al pacto. En caso contrario, UM avisa que podría intentar llegar a acuerdos por su propia cuenta, «ya que existen varios caminos para devolver la estabilidad municipal».

La realidad es que el abandono el del NIL ha puesto a UM en una situación inmejorable a la hora de renegociar el pacto con el PSOE. Aprendidos los errores, Bartomeu Lladonet podría ser más ambicioso en sus pretensiones ya que en un año debe de ser investido alcalde con los votos del PSOE.

Y es que Lladonet cuenta con la llave del futuro político saliner y cualquier búsqueda de nuevos socios deberá contar con su beneplácito, por lo que no se descarta llegar a acuerdos puntuales con el NIL, quienes pasan a la oposición con vocación de responsabilidad política.