Doce cargos del PP y dos funcionarios se sientan en el banquillo. Foto: JOAN TORRES

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V. MALAGÓN / F. BARRASA

El ex alcalde de ses Salines, Sebastià Vidal, indicó al resto de alcaldes y cargos públicos el texto para certificar que los caballistas de ses Salines habían actuado en varios municipios mallorquines. El propio Vidal abrió las declaraciones en el juicio por el 'caso Caballistas' pidiendo perdón al resto de acusados: «Quisiera expresarles mis disculpas porque yo les pedí estas certificaciones». Uno a uno, los demás cargos acusados ratificaron ante el juez que habían accedido a la petición de Vidal de emitir un certificado y que habían suscrito el documento basándose en que habían presenciado las actuaciones de los caballistas en sus municipios. Dos de los principales acusados: la diputada Catalina Soler y el nuevo presidente del PP en Mallorca, Joan Rotger, llevaron más allá la responsabilidad de Vidal. Así, la ex alcaldesa de Felantix, aseguró que el de ses Salines había «abusado de su confianza» al pedir una certificación que iba a ser usada para legalizar una construcción ante el Consell de Mallorca. El primer edil de Selva, admitió que la actitud de Vidal le había «decepcionado». Tanto el fiscal, Ladislao Roig, como las dos acusaciones particulares, admitieron desde un principio que no discuten si actuaron caballistas en los distintos municipios desde el año 1995.

A preguntas de la Fiscalía, todos los acusados declararon que fue Vidal quien les pidió los certificados y que, de forma más o menos explícita les facilitó el texto. Algunos, como Catalina Soler o Antoni del Olmo, admitieron que les había enviado el documento por fax y que lo habían copiado. En ese documento aparecía el texto «Agrupación de Caballistas de ses Salines» de forma literal. La mayoría de los acusados quitaron importancia a la fórmula y negaron que se refirieran a una entidad legalmente constituida; algo que no sucedió hasta 2001. «El concepto que tengo es que es un grupo, no si están constituidos en algo», señaló el alcalde accidental de Llucmajor, Joan Jaume.

Otros dos argumentos que utilizaron todos es que desconocían para qué quería Vidal esas certificaciones y que se había pedido el documento a otros municipios. Solo el alcalde de Santayí, Miquel Vidal, conocía el fin de los documentos. Sebastià Vidal, por su parte, declaró que era normal que se hicieran este tipo de instalaciones en casas particulares, «hay mentalidad de casas de tenis, no de hacer clubes hípicos». Así, ofreció su finca a la asociación como sede y, según su testimonio, tuvo que acondicionar las cuadras. Además, reconoce que se realizó una cocina nueva, un baño y «una chimenea para hacer torradas» pero que nunca se había utilizado como vivienda.

También señaló que se había decidido regularizar la asociación para «tenerla como dios manda» cuando ya llevaban años actuando en distintos municipios. Eso sí, contestó de forma vaga a preguntas de la acusación sobre por qué en el 2001, tras un vendaval, denunció los daños en una vivienda o sobre la denegación de una solicitud para legalizar la construcción como un almacén agrario en el año 2000. Sebastià Vidal dijo que pidió los informes que avalaran el interés general de su finca a los cargos públicos con los que tenía más confianza. Vidal fue presidente de los caballistas de ses Salines hasta julio de 2004. La solicitud de interés general para la finca se comienza a tramitar en febrero de 2005 y el Consell finalmente la acepta, lo que legaliza la construcción que, según Vidal se había construido hace más de 30 años.