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M. RAMIS/J. SOCIES/M.JOY/C.RUIZ Aunque con el paso del tiempo la mayoría de ayuntamientos de la Part Forana han ido retirando los crucifijos u otras imágenes religiosas que presidían las salas de plenos, todavía hoy existen nueve corporaciones en los que puede contemplarse un crucifijo durante los plenarios municipales. Sin embargo, a excepción de algún municipio como Llucmajor que sí tienen intención de retirarlo, el resto de municipios no tienen ninguna voluntad, por el momento, de suprimir la imagen sagrada.

Así pues, la sala de plenos de Ciutat no es la única de Mallorca presidida por una cruz, cuya retirada han solicitado recientemente por escrito dos ciudadanos. Llucmajor, Sóller, Felanitx, Santanyí, Pollença, Muro, sa Pobla, Santa Maria y Escorca también tienen crucifijos en sus respectivas salas de plenos. En Alcúdia, en concreto, hay un gran cuadro que preside la sala de plenos del Ajuntament desde hace 300 años que representa a Jesucristo crucificado. Se trata de un cuadro obra de Mestre Honorat Massot y no se tiene constancia de que desde entonces se haya retirado nunca, ni siquiera durante la República.

A pesar que a día de hoy en la mayoría de estos municipios no existe ninguna polémica sobre si dejar o retirar el crucifijo que preside la sala de plenos, en algunas localidades se ha producido anécdotas en torno a ello, como en Pollença. Hace dos legislaturas, cuando gobernaba el pacto entre UM, PSOE y PSM, el regidor del PSM Kunibert Bauçà escondió el crucifijo y después de un par de semanas, el grupo municipal del PP denunció su desaparición. Lo más curioso del caso fue que, días después, la cruz apareció debajo de la silla del portavoz popular, y se colocó de nuevo en su sitio. Durante la presente legislatura, el portavoz de EU, Pepe García, presentó una moción para que se retirara el crucifijo, a lo que el equipo de gobierno se abstuvo y el PP votó en contra. A día de hoy, la imagen sagrada sigue en la sala de plenos ya que, en una reunión, el equipo de gobierno decidió dejarla ya que es la voluntad del pueblo.

En Llucmajor, el alcalde Joan Jaume explica que en una reciente junta de portavoces, ya se decidió que crucifijo no presidiera la mesa donde los cargos municipales juran o prometen el cargo. También se acordó retirar la cruz más adelante sin polémicas.