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R. P. F. Sin encomendarse a nadie, y menos aún a los demás grupos políticos presentes en la corporación de Calvià, el alcalde sacó a subasta en el mes que ahora declina 14 solares municipales para obtener en caja «no menos de diez millones de euros» con destino a inversiones en el municipio. Sólo uno de esos terrenos fue demandado en la puja, como por puro sentido común cabía esperar en medio de una crisis económica tan contundente como la que vivimos.

«Dijimos por activa y por pasiva que, además de ser más que discutible la venta de patrimonio municipal, no era ni de lejos el momento más idóneo para poner a la venta unos terrenos -señalan tanto PSOE como UM-, y así se ha demostrado con el triste espectáculo de la subasta sin subasteros».

Lo curioso de esta situación promovida desde la Alcaldía de Calvià es que, conforme a la normativa vigente, la venta de los 13 solares municipales puede hacerse, en segunda instancia por el mero valor de tasación, y en tercer y final término por el que acordasen las partes.

De momento, Delgado ya ha gastado miles de euros -fuera de su libérrima presupuestación- en páginas publicitarias de reclamo de los solares, como si el Ajuntament fuese una agencia inmobiliaria en los años más dulces del sector.