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ANTONI POL El conseller de Medi Ambient del Govern, Miquel Àngel Grimalt, puso ayer la primera piedra de la futura depuradora de Alaró y dio comienzo de esta forma simbólica a la construcción de la nueva infraestrctura. La nueva depuradora pondrá fin a las reivindicaciones por parte del municipio exigiéndola.

La futura estación, que se ubicará en unos terrenos situados entre la carretera de Consell y el torrente Solleric, a unos dos kilómetros del núcleo urbano, costará dos millones de euros. La adjudicataria de las obras, la Unión Temporal de Empresas Sorea-Man, tiene un año de plazo para ejecutarlas.

La depuradora tendrá una capacidad máxima de tratamiento de 1.200 metros cúbicos diarios de aguas residuales, una cantidad que, según la Conselleria, «cubre las posibilidades de crecimiento poblacional del municipio».

Tratamiento
Dispondrá de un tratamiento terciario que eliminará los constituyentes que pueden provocar problemas ambientales y permitirá la utilización de las aguas depuradas. Las zonas que generan olores estarán cubiertas y desodorizadas mediante un filtro biológico.

Por otra parte, Grimalt anunció que «se sembrarán árboles entre la estación y la carretera» con el fin minimizar el impacto visual de la infraestructura.

El alcalde de Alaró, Joan Simonet, expresó su satisfacción por el comienzo de las obras y recordó que «hace más de cinco años que el municipio reclamaba esta infraestructura».

De hecho, una sentencia judicial de 2003 consideró probado que las aguas depuradas de la actual estación contaminaban el torrente y obligó al Consistorio a tomar medidas para evitar los vertidos.