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El campo ilegal de golf de Can Guilló, de Pollença, ha sucumbido a las palas excavadoras. El nuevo propietario de la finca, un ciudadano de nacionalidad rusa, ha desmantelando los diez greens construidos hace una década en esta propiedad incumpliendo entonces todos los parámetros urbanísticos, hecho que provocó a apertura de varios expedientes de infracción.

El golf ilegal estaba situado en la finca de Can Guilló, en el kilómetro 2 de la carretera de Pollença a Lluc, y se amparaba de cara a las autoridades bajo la figura de una explotación agrícola y ganadera. Su anterior propietario, un ciudadano británico, comenzó la siembra ilegal de greens en 1998 y ya entonces acompañó la operación de una siembra de frutales, pomelos concretamente, que utilizaba para encubrir la actividad ilegal. La distribución estratégica lineal de los pomelos permitía, curiosamente, que la pelota de golf pudiera pasar sin demasiados problemas de un hoyo a otro.

En 1999, coincidiendo con una de las épocas de más sequía en Pollença, los vecinos del entorno de Can Guilló denunciaron el riego ilegal de este campo, y fue a partir de ese comento cuando comenzaron las inspecciones de Recurs Hídrics, organismo dependiente del Govern balear. El Ejecutivo ordenó la clausura de varios pozos.

La existencia del campo de golf ilegal se hacía en 2002 más que evidente. Una imágenes tomadas desde el aire de la finca que ahora reproducimos dejaban ver claramente los diez hoyos con sus correspondientes calles, una gran laguna artificial con un molino e incluso varios de los coches que utilizan habitualmente los golfistas en sus desplazamientos, pero ningún técnico quería certificar que aquello era un golf y no un jardín. Así las cosas, las multas se limitaban a penalizar movimientos de tierra no autorizados o el uso de agua de pozos para riego sin autorización.

Fue en 2003 cuando el propietario del golf solicitó formalmente los permisos para rehabilitar la possessió y transformarla en un agroturismo, cuestión que volvió a disparar todas las alarmas en Pollença. Los informes técnicos fueron favorables a la obra y el propietario también disponía de los permisos de Agricultura y Turisme, por lo que en 2007, tres meses antes de las elecciones municipales, el Ajuntament de Pollença autorizó la operación.

El PSM solicitó al pleno que se pronunciara en contra de que la finca pudiera tener nunca un campo de golf, pero su moción no prosperó.

Transcurridos dos años, la finca ha pasado a manos de un nuevo propietario, esta vez un ciudadano ruso, que ha aparcado el proyecto anterior, ha desmantelado y vendido los árboles y pone ahora sus miras en transformar la finca en una explotación ecuestre