Los trabajadores recorrieron las calles de Binissalem hasta el Ajuntament. Foto: MARIA NADAL

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Bajo el ruido de los silbatos, trompetas y tambores, unas 400 personas participaron ayer en la marcha reivindicativa organizada por los trabajadores de la fábrica Casa Buades, que cerrará sus puertas debido a las pérdidas económicas alegadas por la dirección. Acompañados de grandes pancartas donde se podía leer «Si Mallorca es buena para vivir, también lo es para producir», «Esto es una traición», «Teka deslocalización industrial» o «No al cierre, no hay pérdidas», la marcha llegó hasta el Consistorio donde los representantes del comité de empresa fueron recibidos por el alcalde, Jeroni Salom, y diferentes regidores.

El máximo representante de los trabajadores, Bernat Font, registró en el Ajuntament un documento en el que se pidió al Consistorio que «no se permita la recalificación de los terrenos situados en la calle Conqueridor que pertenecen a Casa Buades, del grupo Teka, si la empresa se lleva la producción fuera de Binissalem». En este punto, el alcalde Jeroni Salom dejó claro que el Ajuntament no permitirá que la empresa especule con los 24.000 metros de suelo que tiene en Binissalem y que «no que no será fácil que el suelo industrial se convierta en moneda de cambio para los empresarios sin que tengan en cuenta a los trabajadores».

Los trabajadores tuvieron ayer el total apoyo de todos los grupos políticos que forman el Ajuntament de Binissalem. El portavoz del PSOE, Miquel Nadal, recordó que «nuestro principal objetivo es el de conservar los lugares de trabajo, por lo que debemos estudiar todas las medidas posibles para moderar la crisis económica y que permitan plantear un nuevo concepto de la fábrica para asegurar su supervivencia». Las 400 personas que participaron en la marcha por las calles de Binissalem dejaron patente su malestar y su rabia por la decisión de la empresa que deja en el paro a 173 personas y reivindicaron de nuevo un plan de viabilidad. Durante los 30 minutos que duró la marcha desde la fábrica, ubicada en la carretera de Binissalem, hasta el Ajuntament, en el centro del pueblo, los trabajadores, familiares y representantes de los sindicatos no dejaron de hacer sentir su oposición al cierre de Casa Buades.

Los manifestantes también acudirán día 26 de febrero a la concentración de la plaza España de Palma donde asistirán todos los trabajadores afectados por un ERE.