Imagen de archivo de los peritos analizando sobre el terreno las posibles causas del derrumbe del hotel.

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La juez de Manacor instructora de la tragedia del hotel Son Moll, en la que fallecieron cuatro trabajadores del establecimiento el pasado 16 de octubre, ha dictado un auto por el cual fija una fianza de responsabilidad civil de 1'4 millones de euros a cada uno de los principales imputados, el arquitecto Arturo Vila y el aparejador José Luis Pujol.

Según pudo saber este diario en fuentes judiciales, la magistrada Martina Mora Torrens señala en su auto que las diligencias practicadas hasta ahora han dejado en evidencia indicios sólidos de responsabilidad penal por parte de los imputados, tanto en el desarrollo de las obras que se estaban ejecutando en el hotel, como en la ausencia de previsiones técnicas relacionadas con el cálculo de estructura y resistencia de la zona donde se realizaron las obras.

Por ello, la magistrada fija una fianza de 1'4 millones para cada uno, advirtiéndoles de que si no constituyen esa caución en 48 horas, sus bienes serán embargados hasta cubrir esas cantidades.

El auto dictado por la titular del Juzgado de Instrucción 2 de Manacor insiste en que, dado el resultado de las primeras diligencias, y a la vista de la existencia de indicios sólidos de responsabilidad penal por parte de ambos imputados, es necesario garantizar que las familias de los obreros fallecidos sean indemnizadas como corresponde. Por ello, fijó una fianza de 1'4 millones de euros para cada uno.

Algunas de las acusaciones personadas en la causa trasladaron a este diario su satisfacción por la decisión adoptada por la juez, ya que «ha visto indicios suficientes de responsabilidad penal», según comentó uno de los abogados.

Pese a todo, la magistrada rechazó el pasado mes de enero la posibilidad de enviar a la cárcel a Vila y Pujol, tal y como solicitaban las acusaciones. En cambio, acordó retirarles el pasaporte y obligarles a presentarse de forma periódica en el juzgado.

El hotel Son Moll, en el momento de su derrumbe, carecía de licencia de obras y estaba pendiente de la demarcación de Costas y de la Conselleria de Turisme. Los propietarios del hotel habían adquirido este establecimiento en el mes de octubre de 2007 con la intención de reformarlo, modernizarlo y reconvertirlo en un hotel de cuatro estrellas. Ahora, el futuro del hotel está pendiente de una serie de cuestiones y de trámites administrativos. Pueden reanudarse las obras con permiso del juez tras contar con todos los informes y con todas las medidas de seguridad, pero también puede acabar demolido.