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A.BASSA/J.SOCIES Las medidas colectivas de seguridad en que trabajaban los obreros en el hotel Son Moll, en el momento de la tragedia, «eran deficientes». Incluso, «la obra no estaba apuntalada tal y como debería haber estado». Así lo expuso Javier Gutiérrez, uno de los trabajadores, que ayer prestó declaración en calidad de testigo en los juzgados de Manacor.

Ayer continuaron las declaraciones del 'caso Son Moll' en el juzgado número 2. En esta ocasión, fueron cuatro los trabajadores de la construcción citados, aunque finalmente sólo comparecieron tres. Éstos ratificaron en los juzgados las declaraciones realizadas ante la Guardia Civil tras el desplome del hotel de Cala Rajada.

Los testigos fueron interrogados sobre las condiciones de seguridad en que trabajaban en el momento del desplome y cómo vivieron personalmente los hechos. También tuvieron que responder a las preguntas de los abogados de las partes que estuvieron presentes en las declaraciones. Los testigos coincidieron en señalar que, si bien las medidas a nivel individual estaban garantizadas con el uso del casco en todo momento, las medidas en el edifico no eran suficientes.

Tras el precinto de la obra que tuvo lugar al día siguiente del derrumbe, los obreros se quedaron sin trabajo. Algunos estuvieron de baja por depresión, si bien, según explicaron ayer, cuentan con el compromiso de la empresa constructora de ser readmitidos en el caso de que se reinicien las obras de reforma del hotel.

Los trabajadores no han olvidado el fatídico día 16 de diciembre en que cuatro compañeros suyos perdieron la vida. Lo vivieron muy de cerca y no consiguen olvidar. Miquel Navarro, Javier Gutiérrez y Rodrigo Toro relataron a los medios de comunicación como vivieron el drama. Fueron testigos de la tragedia en primera línea y todavía tiemblan cuando recuerdan los hechos acaecidos.

Navarro, que trabajaba en la primera planta, fue el primero en prestar declaración en los juzgados. Él defendía que «las medidas de seguridad a nivel personal eran adecuadas. No nos quitábamos para nada el casco». Ellos no quieren aventurar la causa del desplome. «Nosotros no lo sabemos», explicó.

Por su parte, Javier Gutiérrez otro de los citados como testigo explicaba que lo que desea es «olvidar pronto lo sucedido». El tercer testigo no quiso hablar con los medios de comunicación.

Por otra parte, otro de los trabajadores del hotel Son Moll, Rodrigo Toro, aunque no estaba citado a declarar, acompañó a sus compañeros en su declaración en los juzgados. Explicó a los medios de comunicación cómo vivió de cerca la tragedia y lo mal que lo pasó, aunque «hay que seguir adelante».