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A.POL/M.NADAL

Un año más, el pueblo de Sencelles se volcó ayer en la típica procesión de la Beata, en la que cientos de personas recorren las calles del pueblo ataviados con el traje típico de payés para rendir homenaje a Sor Francinaina Cirer.

El buen tiempo, casi primaveral, propició que los vecinos de la localidad y personas llegadas de muchos puntos de Mallorca participaran en la concurrida fiesta y realizaran la tradicional ofrenda de flores a los pies de la estatua de la Beata que preside la plaza de Sencelles.

Flores

Antes de entrar en la iglesia para asistir a la misa, los sencellers pasaban en riguroso orden ante la estatua de la Beata para depositar las flores. Miles de pequeños ramos se colocaron a los pies de la Beata hasta que se creó un tupido manto de flores con los más de 400 ramos.

Como cada año, y con éste se cumplen 51, el pueblo vistió sus mejores galas para recordar el inicio de la fiesta, cuando en 1958 un grupo de niñas empezaron a realizar la ofrenda floral del 27 de febrero de manera individual. Con el paso de los años, esta fiesta se ha afianzado hasta que se ha convertido en un acto totalmente consolidado.

Los actos en honor a la Beata, organizados por la asociación Tia Xiroia, terminarán mañana con un concierto en la iglesia parroquial.