El pleno de Capdepera dejó constancia de la fragilidad de un equipo de gobierno en minoría que vive sus horas bajas. Una nueva fisura hace frágil el pacto, tambaleante tras el derrumbe de Son Moll, y a tan sólo dos meses del cambio en la Alcaldía.
El detonante fue la solicitud de dimisión del regidor de Interior, Josep Gallego (UCAP-UM) por parte de la oposición, PP y es Grup. Todo se remonta a una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Balears que declaró nulo el decreto de Alcaldía que suspende a un funcionario de la policía. La oposición presentó en el pleno un escrito reclamando la dimisión de Gallego, «por la nefasta gestión en este expediente», a la vez que denunciaron «agravios comparativos en su área» y que «no trata a todos con el mismo rasero».
El alcalde, Bartomeu Alzina, respondió que «estudiaré la destitución». Fue la gota que colmó el vaso. En este momento se notaba una cierta tensión en el ambiente y el pleno se paralizó hasta en tres ocasiones para hacer un receso, en las que se produjo alguna que otra discusión entre los miembros del equipo de gobierno. Hay que recordar que Alzina debe ceder la vara en junio a Gallego.
Ayer el regidor de Policía defendió que «la suspensión del funcionario viene a raíz de una investigación interna, y en todo caso las decisiones son del equipo de gobierno». «No estoy demasiado contento» con lo que dijo el alcalde», manifestó Gallego, que admitió que «se hará una reunión para analizar lo sucedido».
El alcalde reconoció «tensión interna en el pacto», a la vez que dijo que la gestión de Gallego «es mejorable».
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