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C.RUIZ Caro y con goteras. Así es el túnel de Sóller, una infraestructura con historia, con una amplia y picaresca historia. Sus inicios ya estuvieron gafados. Las obras deberían haber durado tres años y, al final, fueron casi diez. Una obra eterna si se compara con uno de los túneles del ferrocarril, también de tres kilómetros, que tardó dos años en construirse. Era 1909 y con menos medios.

De hecho, el túnel de Sóller es famoso en toda España y le costó el cargo a un president del Govern, Gabriel Cañellas, con el consiguiente escándalo a nivel nacional por el cobro de comisiones.

Pasado el escándalo, el túnel ha seguido siendo noticia por sus precios. Desde su construcción se ha comentado que es uno de los más caros del mundo en relación a los kilómetros. En España, desde luego, es el tramo de peaje más caro.

Un estudio de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) elaborado en 2008 ponía de manifiesto que los conductores de Mallorca pagaban 1'40 euros por kilómetro en el túnel de Sóller frente a los 0'05 céntimos que pagaban los usuarios a la autopista de Puxeiros a Baiona, en Pontevedra, por recorrer 28 kilómetros.

En relación a otros túneles de la Península, la diferencia también es enorme. En los túneles de Vallvidriera y del Cadí, en Catalunya, se pagan 0'20 y 0'35 céntimos por kilómetro, respectivamente, y en los túneles de Artxanda, en Vizcaya, 0'30.

Y las tarifas no paran de subir. En mayo entrarán en vigor los precios de 2009, que sitúa el coste del paso de un turismo no residente en 4'45 euros (sube 5 céntimos), o sea, cerca de las 800 antiguas pesetas. De momento, las autoridades no se plantean rescatar la concesión, aunque sí es una promesa recurrente en campañas electorales. Gonzalo Aguiar, director insular de Carreteres, afirmó ayer que no hay planes para que el túnel sea gratuito. No hay presupuesto. Al contrario, cabe recordar que, en 2006, la concesión de 28 años se amplió en 5 años y medio. Acabará en el año 2022.

A mayor abundamiento, las condiciones en las que se encuentra el túnel no son nada halagüeñas; más bien dan una impresión de inseguridad. Desde su construcción han existido goteras de agua y, en algunas ocasiones más que goteras, fuentes importantes que significan un serio peligro para los conductores. Ahora, sin lluvia, el agua cae con intensidad.

La concesionaria reconoce que han aparecido goteras nuevas, y su gerente, Jordi Ferrer, asegura que a final de año se realizarán varias actuaciones para impermeabilizar el túnel, aunque no se garantiza que desaparezcan del todo, ya que pueden aparecer otras. Ante estos hechos concretos y a la vista de todos, los usuarios preguntan. «¿Estamos seguros cruzando el túnel?». Las autoridades deberían garantizar la seguridad y evitar la caída de agua.