TW
0
GUILLEM MAS La Associació per a la Revitalització des Casc Antic (ARCA) ha pedido la intervención del Consell de Mallorca para que proteja el cuartel de carabineros de la Colònia de Sant Jordi, el único que queda en pie en todo Mallorca tras su construcción en 1920, ya que el Ajuntament de ses Salines prevé su demolición para dar continuidad urbanística a la calle del Sol.

Según la entidad, el Consell de Mallorca, de la mano de la dirección insular de Patrimoni, ha procedido a la paralización provisional de la demolición. Para ARCA, que continua buscando apoyos para la conservación del edificio, «es lamentable que un equipo de gobierno formado por PSOE, PSM y UM demuestre tanto desprecio por los valores históricos y patrimoniales».

Los historiadores Pere Ferrer y Cristòfol-Miquel Sbert han remitido informes favorables a la conservación del último cuartel de carabineros de Mallorca.

Repasando la historia, este viejo cuartel fue proyectado en 1919 en los terrenos de la finca de sa Vall, propiedad del industrial y contrabandista Joan March Ordinas que había adquirido al marqués de Palmer. Las obras se inauguraron en 1920 y el destacamento del cuartel tenía como principal misión la represión del contrabando que se realizaba en la zona sur de Mallorca.

El cuerpo armado de los carabineros fue creado por Fernando VII e integrado en la Guardia Civil en 1940, bajo el lema: moralidad, lealtad, valor y disciplina. Durante las dictaduras de Primo de Rivera y del general Berenguer, el todopoderoso Joan March, jefe del contrabando en el Mediterráneo occidental, estableció, mediante un acuerdo secreto, que los carabineros en vez de perseguir el tráfico ilegal se convirtieran en colaboradores a cambio de correspondientes sobornos. Muchos argumentos para la conservación de uno de los episodios históricos de Mallorca: el contrabando.