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El alcalde de Calvià, Carlos Delgado, vive en una especie de realidad virtual y está convencido de que será presidente del PP balear y, más adelante, del Govern. Alguien, sin embargo, tendría que decirle que todo lo que él piensa y dice no es real, que nunca ocurrirá. Ha estado muchos años rodeado de aduladores -con buenos sueldos, por cierto- que le han dicho lo que ha querido escuchar.

Pero las cosas están cambiando en Calvià. En la pasada reunión de la junta local, Delgado anunció sus planes. En julio, dijo, habrá congreso extraordinario, y él aspirará a presidir el partido porque Estaràs se retirará. Si es así, el propio Delgado encabezará la candidatura autonómica y llegará a la presidencia del Govern.

En la reunión, repleta de sus aduladores a sueldo, Delgado llegó a decir que él sería el presidente del Govern y muchos de los allí presentes, consellers de su futuro gabinete. En la reunión se encontraba Antoni Rami, aspirante a presidir el PP de Calvià y uno de sus antiguos hombres de confianza. «Únete a nosotros», le pidió Delgado a Rami. Conviene recordar que Rami abandonó su cargo en el Ajuntament al sentirse traicionado por Delgado. El todavía alcalde decidió presentar candidatura para luego retirarla. Delgado pretendía que Rami, al que él mismo había animado a presentarse, diese un paso atrás para que él -ante el supuesto clamor de la militancia- fuese el salvador del PP de Calvià. «Lo que dice Delgado no es verdad. No habrá congreso extraordinario», subrayó Rami en presencia del mismísimo Delgado. El alcalde, con cara de circunstancias, miró a su antiguo colaborador. Rami dijo que él sólo aspiraba a presidir el PP de Calvià y nada más. Unos días más tarde, y ante el riesgo de poder sufrir una derrota en su propio feudo, Delgado presentaba un hombre de paja -Onieva- para evitar la disputa congresual y una posible humillación.

Delgado debe desconocer el reglamento del PP porque la dirección nacional del partido no aceptaría un congreso extraordinario por nada del mundo. Si las cosas fuesen mal, muy mal, y Estaràs decidiese dimitir, alguno de los miembros de la ejecutiva asumiría el mando en el PP balear, pero Delgado no forma parte de la cúpula y no asiste a ninguna reunión.