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LL. GARCIA/M. JOY Ayer el ciudadano francés, Cristophe Bonhoure, renunció a la huelga de hambre después de once días sin haber consumido más que agua y bebidas isotónicas, lo que le ha hecho perder 7 quilos de peso y le ha provocado un estado de salud que el médico que le atiende a calificado de «delicado».

El médico que se ha hecho cargo de Bonhoure estos días, Bartomeu Colom, se entrevistó ayer a primera hora de la mañana con el alcalde, Josep Lluís Colom, para advertirle del estado de su paciente con un informe en el que detallaba que a parte de la pérdida de peso y la tensión arterial, este ciudadano empezaba a mostrar los primeros síntomas de deshidratación con algunos momentos incluso de confusión. A nivel personal, el médico recomendó al alcalde hacer algún gesto para que Bonhoure abandonara la protesta iniciada el pasado 13 de julio. De esta manera, Colom se comprometió a revisar el expediente junto a algunos nuevos datos aportados por el afectado, un compromiso que el alcalde ratificó al afectado en la plaza, donde estaba realizando la protesta, afirmándole que «su salud era lo más importante».

Bonhoure aseguró tener nuevas informaciones que demuestran que su casa se construyó como resultado a «una suma de errores», pero que en ningún caso actuó con mala fe. Estas informaciones podrían haber sido claves en la decisión de ayer del alcalde.