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Entre el 50 y el 60 por ciento de los limones de Sóller no se recogen, ya que se encuentran en huertos abandonados. El presidente de la cooperativa agrícola de Sant Bartomeu, Jaume Orell, adelanta que esta situación se verá agravada este año, ya que la mitad de los que habitualmente se recolectan (40-50 por ciento del total), este año se quedarán en el suelo por la falta de rentabilidad. La llegada masiva de limones procedentes de la Península hace inviable su recolección.

Además del perjuicio económico que supone para los payeses, cabe destacar el daño irreparable que causa en la imagen del municipio, en particular, y de la Isla, en general.

Orell explica que el precio al que venden los payeses los limones va en función de la calidad de los mismos. En este sentido, el precio de los limones de primera oscila entre los 30 y 35 céntimos el kilo; mientras que los de segunda (los que tienen algunos desperfectos) se venden entre 15 y 25 céntimos el kilo. A esto hay que añadir que los payeses ya realizan una criba previa y retiran los limones que consideran que no presentan las condiciones óptimas para su venta.