Joan Rul·lan, Alfonso Ballesteros, la hija del professor Dausset, Jaume Ensenyat, Rosa Mayoral,Carles Constantino,Vicens Thomàs, Josep Lluís Colom i Macià Tomàs. Foto: TERESA AYUGA

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LLUC GARCIA/MARGA JOY

Representantes del mundo de la Cultura y la Ciencia se dieron ayer cita en el Museu de Sóller Casal de Cultura para rendir un homenaje póstumo al Hijo Adoptivo de Sóller y Premio Nobel de Medicina, Dr. Jean Dausset, que murió en Mallorca el pasado mes de junio y que, cumpliendo su voluntad, fue enterrado en Sóller.

El acto contó con la presencia de una gran representación institucional encabezada por el conseller de Salut del Govern balear, Vicenç Thomàs. También asistió el alcalde de Sóller, Josep Lluís Colón; el presidente del Casal, Jaume Ensenyat; el médico Macià Tomàs, colaborador y amigo de Jean Dausset; el presidente del Grup Serra y amigo personal del Premio Nobel, Pere A. Serra; así como el médico y promotor del Museu Balear de Ciències Naturals, Carles Constantino; además de una nutrida representación de la sociedad sollerica. No en vano, el profesor Dausset había escogido, junto con su esposa Rosa Mayoral, un bello rincón de la ciudad de Sóller para descansar; durante años, Biniaraix fue el lugar de descanso del ilustre científico. Los descubrimientos sobre inmunología, que le proporcionaron el máximo premio científico mundial, contribuyeron de forma importante al desarrollo de la ciencia del transplante de órganos. El premio Nobel, solleric de adopción, también trabajó de forma destacada en el proyecto del genoma humano.

Fueron muchos los que quisieron acudir al homenaje, más de un centenar de personas que se atrevieron a soportar el sofocante calor de la tarde de ayer con tal de arropar a una familia que siempre les trató «como amigos».

Los oradores destacaron las múltiples facetas del premio Nobel. Pere A. Serra, por su parte, remarcó su etapa como marchante de arte surrealista en París, antes de ejercer activamente la medicina, y bromeó sobre la relación que les unía, uno como hijo ilustre de Sóller, y el otro como hijo adoptivo. A continuación, Carlos Constantino dijo de él que era «un solleric más, un hombre que destacaba por su gran cercanía con sus congéneres». Recordó su esfuerzo por conseguir que el Museu de Ciències de Sóller contara con paneles divulgativos de su obra científica.

Una emocionada Rosa Mayoral recordó cómo ella y su marido llegaron a Mallorca por casualidad y, tras esa estancia de pocos días, instalaron en Sóller su hogar, agradeciendo la gran cantidad de amigos que les acogieron. «Para mi marido la ciencia lo era todo, pero en Sóller encontró un hogar y una familia». Tampoco faltaron las emotivas palabras del gran amigo de Dausset Macià Tomàs, quien destacó el gran compromiso medioambiental y sanitario del doctor.

El acto concluyó como al doctor Jean Dausset le gustaba estar, entre amigos.