Las obras en las redes de agua provocan molestias, pero son necesarias.

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Después de un paréntesis de unos años, los ayuntamientos de Mallorca volverán a tener ayudas para arreglar las fugas de agua de las redes de agua. Y es que éste sigue siendo un problema serio en algunos municipios de la Isla, donde las pérdidas de agua oscilan entre un 25 y un 30 por ciento, una cantidad indicadora de que es «imprescindible actuar», según explica Isidre Cañellas, director general de Recursos Hídrics del Govern. «Pérdidas del 20 por ciento aún pueden ser tolerables, pero más, requiere una intervención. Y eso que la situación ha mejorado; hace 10 ó 12 años, había municipios con filtraciones de más del 50 por ciento de agua».

Una forma de medir las fugas, expone Cañellas, es controlar el agua que entra en la red y sumar toda la cantidad de agua consumida, «aunque no todo son pérdidas, el riego de zonas verdes o la bocas de incendio son consumos no controlados».

El problema es que muchas redes de agua municipales no tienen mecanismos de control sobre los escapes de agua. Y sobre este tema especialmente quieren trabajar Conselleria de Medi Ambient y Departament de Cooperació Local del Consell de Mallorca. Ambos organismos invertirán 2,2 millones de euros -1,7 millones, el Govern y 443.000 euros, el organismo insular- con el objetivo de hacer un diagnóstico del estado de las redes y su posterior intervención. En este sentido, Josep Varela, secretario técnico de Cooperacó Municipal, apunta que uno de los problemas en muchos municipios es que toda la red es única, es decir, sólo cuenta con un contador de tal forma que si, por ejemplo, hay una avería, hay que cortar el agua a toda la población. El objetivo sería instalar contadores por sectores de tal forma que resultara más fácil controlar los consumos elevados y las fugas de agua. En este sentido, coincide con el director general de Recursos Hídrics: «Las redes públicas no tienen elementos de control, que permitan controlar el agua que se consume por sectores y comparar caudales». Por ello, es importante hacer un diagnóstico de las redes. «Esta es la filosofía que introducimos en los convenios con los consells».

La convocatoria de subvenciones para los municipios tendrá dos fases. La primera para la redacción de estudios sobre el estado de las redes y la segunda para al ejecución de obras. Varela destaca que no se subvencionará una obra si no hay un informe previo sobre la situación de la red.

Para los estudios, se prevé una inversión de 750.000 euros y se pretende que en esta fase los ayuntamientos no desembolsen ninguna cantidad para luego poder destinarla a las obras, según el porcentaje que le corresponde a cada uno en función de la población.