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Jaume Viver, Antonia Amengual, Joana Albertí, Pere Bennassar, Josep Rebassa, Josep Rosselló... Todos ellos alcudiencs que pasan de los 85 años, son los protagonistas del archivo de historia oral que desde hace seis meses impulsa el Ajuntament d'Alcúdia. El objetivo: que aquellas personas que han vivido acontecimientos históricos importantes a punto de ser olvidados, puedan dejar su legado oral para el resto de la Historia.

Pasan pocos minutos de las cinco y el calor es insoportable. Es la segunda vez que Jaume Viver ofrece su testimonio a la cámara y pese al calor quiere hacerlo en la finca en la que lleva toda una vida bajo la sombra de la centenaria encina, con la que ha compartido tiempos felices y también difíciles. Su testimonio ha sido vital para reconstruir este año la primera escena del Via Fora, que versa sobre la inauguración de la Casa Consistorial, en el año 1929, cuando Primo de Rivera y el Infante de España, Jaime de Borbón, visitaron el municipio.

«Cuando inauguraron la Sala yo tenía 12 años. Estaban Primo de Rivera y el Infante de España Jaime de Borbón. La Sala no estaba acabada, el buc sí, pero la entrada... Decían que costó 600.000 pesetas de entonces», dice Viver.

No es el único recuerdo histórico de Jaume Viver. La República, la Guerra Civil, la postguerra, la llegada de la electricidad, los primeros turistas, la historia de las murallas... Antonia Amengual todavía recuerda cómo le dio un ramo de flores a Alfonso XIII. «Sabemos las lagunas que el archivo puede tener, pero tiene la fuerza de los matices y las vivencias personales sobre determinados hechos históricos que están a punto de desaparecer», explica el responsable del archivo municipal, Antoni Mayol.

Los trabajos comenzaron hace seis meses. El Ajuntament pidió una subvención al Consell para adquirir la cámara y el equipo para almacenar, editar y reproducir los textos. «Queríamos recabar información oral de la gente mayor. De momento, tenemos personas que ya han cumplido los 85, pero estamos abiertos a cualquiera que esté interesado en participar, sobre todo gente que haya vivido épocas que estén a punto de caer en el olvido porque la historia oral se va perdiendo», dice Mayol.