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Un funcionario del Consell de Mallorca se desplazó ayer por la mañana hasta el Ajuntament de ses Salines para entregar la notificación mediante la cuall se paralizó la demolición del antiguo cuartel de los carabineros de la Colònia de Sant Jordi. Hay que recordar que después que las tareas previas al derrumbe del edificio empezaran por sorpresa el pasado lunes, algunos miembros de la Asociación para la Revitalización de Centros Antiguos (ARCA) dieron aviso a la Dirección Insular de Patrimoni Històric, que ayer paralizó oficialmente la demolición.

El edificio, construido en el año 1920, es el último cuartel de carabineros que se conserva en Mallorca y actualmente es propiedad del Ajuntament de ses Salines y del Govern estatal. Así, ARCA pedirá responsabilidades por «la actuación del alcalde de ses Salines y también por la del delegado del Gobierno». Además, la asociación exigirá «la catalogación efectiva del cuartel por parte del Consell, tal y como solicitan desde hace más de medio año», y que «todos los elementos retirados, tejas, vigas, ventanas y persianas, se conserven para restituirse».

La asociación también pide que se proteja la estructura que ahora está sin tejado para evitar que las lluvias previstas durante estos días pueden dañar la estructura del inmueble.

Por otro lado, recordar asimismo, que ARCA propuso este verano pasado al Consorcio del municipio la creación de un museo del contrabando en el antiguo cuartel de los carabineros de la Colònia, precisamente el lugar donde esta actividad ilegal se intentaba controlar.

Desde el Ajuntament siempre han defendido la demolición del histórico inmueble para poder dar una continuidad urbanística a la calle Sol. ARCA, ante el inicio de las obras, ya denunció que ésta era una «actuación a traición del Ajuntament de ses Salines a la vez que dijo que el alcalde y todo su equipo de gobierno «han dado la espalda al diálogo y al patrimonio».