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El alcalde de Binissalem, Jeroni Salom (PP), decretó ayer la paralización inmediata de una tala de 1.258 pinos autorizada por la Conselleria de Medi Ambient en el conocido como el Pinaret de Biniagual, una finca de titularidad privada pero que los binissalemers han cuidado como propia durante los últimos cincuenta años y que acoge además una de las comidas más populares de la Vermada.

La finca tiene licencia de actividad maderera desde los años 60, momento en el que los propietarios sembraron un pinar artificial del que hoy se conservan 1.270 árboles. En el año 2008, el Ajuntament protegió los terrenos incluyéndolos como suelo rústico protegido en la nueva normativa urbanística y abrió un periodo de negociaciones con los propietarios para buscar una solución que permitiera mantener al menos una parte de los árboles compensando de alguna manera a la familia titular de la finca.

Las negociaciones se rompieron drásticamente ayer cuando el alcalde, Jeroni Salom, se percató de que había comenzado la tala del pinar que dispone de autorización de la Conselleria de Medi Ambient desde el 8 de junio de 2009 para talar 1.258 pinos blancos. Advertido por los agentes medioambientales, el alcalde envió el jueves pasado un escrito a la Conselleria de Medi Ambient informando de la protección y pidiendo que se revocara la licencia, pero ayer aún no había habido respuesta.

Ante esta situación el alcalde de Binissalem, Jeroni Salom, se personó ayer en el lugar acompañado de la Policía Local y decretó la paralización de la actividad. Los propietarios del aserradero de Can Just eran quienes ejecutaban la tala después de haber adquirido los pinos mediante un contrato de compraventa. Pere Just denunció que «en toda mi carrera, (y llevamos en el negocio desde 1944) nunca me he encontrado con un caso como éste. Hemos comprado los pinos legalmente y tenemos todos los permisos de la Conselleria».

La orden de paralización municipal se basa en el hecho de que, si bien la propiedad solicitó permiso para la tala a la Conselleria de Medi Ambient, no ha solicitado un permiso de actividad específico en el Ajuntament. Los propietarios de los terrenos y los responsables del aserradero estudiarán ahora si recurren a la vía judicial.