La piscina cubierta municipal del Port de Pollença fue inaugurada oficialmente hace un año y medio. | ultimahora.es

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La piscina cubierta municipal del Port de Pollença, inaugurada hace año y medio, permanece cerrada desde el pasado 3 de agosto después de que Endesa cortara el suministro eléctrico debido a que la empresa concesionaria de las instalaciones Algaillasport le debe cerca de 20.000 euros.

El Ajuntament de Pollença y la concesionaria de la piscina negocian ahora contra reloj para buscar una solución que permita reabrir las instalaciones este mismo mes para tenerla a punto para su uso escolar a partir de septiembre.

El alcalde, Joan Cerdà, asegura que aún es posible un acuerdo. La empresa concesionaria aduce la falta de rentabilidad en la gestión debido a un error en el cálculo inicial del canon. El concesionario ajustó su oferta para poder competir y estimó en 1.500 euros mensuales el coste mensual del recibo de la luz cuando realmente está consumiendo 3.000 euros mensuales.

Las negociaciones pasan ahora por una posible revisión del canon o bien de los precios que pagan los usuarios, si bien el Ajuntament no descarta gestionar él mismo las instalaciones si finalmente no hay acuerdo, contratando para ello monitores especializados.


Placas fotovoltaicas

De cara a reducir los costes del mantenimiento el Ajuntament ha sacado a licitación la instalación de placas fotovoltaicas y eléctricas que contribuirán a reducir el consumo de electricidad y gasóleo en las instalaciones (éste último a cargo del Ajuntament según el pliego de condiciones vigente).

En el caso de que la empresa renuncie definitivamente a seguir prestando el servicio el Ajuntament podría ejecutar el aval que esta presentó hace ahora año y medio con el compromiso de explotar las instalaciones durante cuatro años.

El caso del cierre de la piscina cubierta del Port de Pollença no es ni mucho menos único en la Isla. Son muchas las piscinas cubiertas municipales construidas en los últimos diez años que vienen arrastrando importantes problemas de gestión. La piscinas cubierta de Santa Margalida lleva dos años cerrada porque las deficiencias de construcción dificultan el proceso de calentamiento del agua y disparan el consumo de electricidad y únicamente funciona durante los meses de verano.

En Inca, las deficiencias en las obras (que tuvieron 600.000 euros de gastos extraordinarios) han provocado constantes quejas de los usuarios por desajustes en la temperatura y en Alcúdia el concesionario también denuncia deficiencias de construcción a la vez que reclama que se revisen las condiciones del contrato rebajando el canon de explotación.

En Pollença, el equipo de gobierno municipal (UM-UNPI y PSOE) informó el viernes en comisión informativa a la oposición de los problemas de gestión en la piscina.

El portavoz de Alternativa Esquerra Unida Els Verds pide responsabilidades al alcalde ante lo que califica como un «despropósito» que asegura que vienen anunciando desde hace años.