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Se conocieron en el portal de entrada del hotel Illa d'Or en el Port de Pollença, a resguardo de una fuerte tormenta en el año 1975. Hacía ya catorce años que el escocés Roy Menzies era un asiduo veraneante en la zona. Un año después regresó al lugar del encuentro en viaje de novios junto a su ya esposa Diana Menzies y, desde entonces, no ha dejado de venir a la Isla, una o dos veces al año, para disfrutar junto a su familia (ahora tienen una hija, Fiona Menzies) de un descanso vacacional.

El hotel Illa d'Or rindió ayer un cálido homenaje a esta familia inglesa cuando se cumplen cincuenta años de la primera llegada de Roy Menzies al Illa d'Or. Tenía entonces 15 años y acompañaba a sus padres que ya eran asiduos clientes del hotel desde 1960.

«El Port de Pollença y en general Mallorca es ahora un lugar muy diferente. Entonces no había apenas construcciones en el Moll, solo algunas villas y en la trasera del hotel pacían las cabras, te despertabas escuchando los cencerros», explica Roy Menzies, que recuerda cómo «a mediados de los años ochenta comenzó el desarrollo de las terceras líneas turísticas». «Antes saltabas del bar Brisas directamente a la playa sorteando los pinos y recuerdo que cuando veníamos del aeropuerto pasado Santa Maria casi todo era campo», relata el cliente.

Inspiración

De entonces Menzies añora «el estilo más recogido y pintoresco», algo que se compensa con «el ambiente mucho más animado» que se vive hoy.

De estos cincuenta años como turista en el Illa d'Or, Roy Menzies destaca «las amistades que hemos hecho no sólo en el hotel sino en toda la zona». Para él, el Illa d'Or «se ha convertido más que en un hotel en una segunda residencia».

El hotel Illa d'Or es uno de los más antiguos y emblemáticos del Port de Pollença. Construido en 1929 ha visto pasar generaciones de turistas, incluso inspiró el relato Problem at Pollensa Bay , de la escritora Agatha Christie.