Alrededor de las 11:00 las agrupaciones de boleros aires des pla llucmajorer y calabruix junto con los «cabezudos» y «gegants» encabezados por los xeremiers de sa marina iniciaron su recorrido por las calles de: Convent, Jaume I, Font, hasta llegar a la plaza Espanya donde los esperaban los Cavallets Cotoners y la banda de música.
Acto seguido, y delante de las autoridades, entre ellas el alcalde de Llucmajor Joan Jaume, llevaron a cabo una danza de su repertorio. Luego se inició la marcha de la comitiva a la parroquia de Sant Miquel.
Este año los Cavallets Cotoners han sido: Marga Garau, Lina Ferrer, Catalina Cirer, Damià Tomàs, María Delgado, Juan Diego Villena, Erica Vich, Francisca Maria Alcáraz. El gran número de asistentes a la Misa Major esperaron con impaciencia la Ofrena Floral que cada año llevan a cabo los «cavallets» junto con las agrupaciones de Boleros convertida ya en una tradición.
A continuación los integrantes de las dos agrupaciones de boleros bailaron delante de un público que les aplaudió con entusiasmo. Una vez terminado el Oficio, cuyo sermón estuvo a cargo este año del Vicario General Rafael Umbert, los asistentes se dirigieron a la Plaza Espanya y disfrutaron de las danzas de los cavallets: «Dansa núm.1», «Cavallet i Dama», y «Sa nina». Terminó la fiesta con los bailes de boleros.
El buen tiempo y el calor acompañaron la jornada festiva.
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Para los que somos de Palma, Llucmajor, como Calvià, son nuestros queridos vecinos, como también lo es Marratxí. No paso semana sin visitar la ciudad en donde el rei Jaume III, en su vasto territorio del camp de sa Batalla, perdiera el trono y la cabeza, siendo recordado por la simbólica estatua que preside el paseo del mismo nombre regio. Otro de sus símbolos, junto al jardín del Convent de Sant Bonaventura, es s'Espigolera, que me cautiva por todo lo que representa de una época en que ganarse el pan con el sudor de la frente, era arduo y apurado, y esta figura humilde de la poesía camperola de la poetisa Maria Antònia Salvà, evoca con sensibilidad bucólica, que aunque nació en el carrer Morey de Palma, entre la Seu y Santa Eulàlia, siempre se sintió llucmajorera por su vinculación con la possessió de s'Allapassa, que la inspiró con la riqueza de las estaciones en el campo, cerca de sa Marina.Llucmajor, en su municipio, es un pueblo en fiesta permanente, en verano y en otoño, especialmente. Voy a rememorar a Maria Antònia Salvà:Per veure qui passa/ surt en el balcó/ Na Margarideta,/ Na Margaridó./ Passa la musica/ amb el gros tambor,/ passen les banderes/ de la processó.../ Ella té floretes/ dins un canastró/ roses esfullades/ i clavells d'olor. Mañana, ya tengo ganas, volveré a LLucmajor.