Un proyecto que ha sido aplaudido aunque no «sea suficiente» para solucionar de manera definitiva el problema de la pérdida constante de arena de la playa.
Así lo defendían ayer tanto desde el Ajuntament de Capdepera como desde la asociación hotelera cuyos representantes se desplazaron ayer hasta la playa para comprobar como se desarrollaban estos trabajos que se realizan entre las seis y las 10 horas. Tanto el alcalde, Rafel Fernández como el presidente de los hoteleros, Joan Massanet, defendieron que seguirán luchando para conseguir que se lleve adelante un plan de regeneración integral que tantas veces han exigido.
Con esta iniciativa del Govern se habrán regenerado hasta 2.000 metros cúbicos transportados desde diferentes canteras de la zona.
Por otro lado, se han levantado ciertas suspicacias ya que al ayuntamiento han llegado algunas quejas sobre que la arena que se deposita sobre la playa no tiene el mismo color.
Suspicacias
El alcalde Fernández explicaba que «es verdad que alguien nos ha comentado esta diferencia de color pero hay que decir que no es ningún problema porque se trata de una actuación que tiene el visto bueno de la Comisión Balear de Medio Ambiente y según pase el tiempo tendrá la misma tonalidad. La arena procede de obras de la misma zona por lo tanto es similar».
3 comentarios
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Indudablemente,que tienen que haber usado las neuronas,para decidir rehacer esta playa,luego que tiraran la arena estre los pinos.....es increible.Pobre Mallorca!!!!!!!
Recomiendo a todos los Mallorquines nostálgicos de darse una vueltecita por nuestra vecina isla de Cerdeña (Sardegna)aparte de ser una isla maravillosa, nos recordará a la Mallorca de hace 50 años.Pero lo más importante es que nos plantearemos si ha valido la pena tanta destrucción paisajística para acabar malvendiendo Mallorca,solo para que unos pocos se hayan beneficiado tanto.
Alguien ha ido este verano a la Playa del Mago?? Yo fui ayer, a tomar el sol Y da pena. Sin arena, la mitad de la playa se la ha comido el agua. Incluso hay sombrillas dentro del agua. Eso sí, a tope de tumbonas, que ya no caben. Los del chiringuito le están sacando el jugo a tope. Un amigo me cuenta que, en domingo, entre tumbonas (super caras) y las zodiacs que campan a sus anchas para ir a comer al restaurant, no hay ni para poner una toalla. Y las autoridades, sin controlar este desbarajuste. Me quedé desolado, escarmentado para no volver. Y apenado por haberse perdido un rinconcito de nuestra isla que era maravilloso hasta hace poco.