La Mancomunitat del Pla vive cada mes al límite, ahogado entre sus gastos y sus deudas. «No podemos pasar más meses de esta manera, cada mes llegamos al final sin poder pagar, no podem afegir al banyat, això se'n va a n'orris », señala el presidente de la Mancomunitat, Antoni Mulet.
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La Mancomunitat del Pla reestructura sus servicios y reduce el número de trabajadores
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8 comentarios
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En lo que respecta a grandes inversiones, que pueden aparecer contablemente como gasto presupuestario, nos hemos referido a las inversiones en los distintos AVE y la ampliación de los aeropuertos de Madrid y Barcelona. En cuanto a políticas de gasto, hemos hecho una consideración sobre el mantenimiento del ente RTVE. Aún más importante, cuantitativa y cualitativamente, es el déficit de la seguridad social agraria y a quién atribuirlo, y qué efecto tendría una adecuada contabilización de los gastos por desempleo. Asimismo, son muy dificiles de contabilizar las obligaciones futuras por pensiones públicas, las cuales, si se capitalizaran, podrían suponer el 200% del PIB. Pero, frente a operaciones imposibles, una que habría que hacer, si fuéramos a llevar a cabo con rigor balanzas fiscales autonómicas en las que se recogiera todo lo relevante, sería cómo repartir los 312.000 millones de euros de deuda de la administración central.
El conjunto, manejado tal y como lo hacen los nacionalistas catalanes y el PSC, y, por extensión, el PSOE, reflejaría –en el caso de que pudieran hacerse balances fiscales– una transferencia de recursos fiscales de las autonomías ricas a las más pobres, que sería, sin embargo, mucho más importante en el caso de Madrid que en el de Cataluña. Ello es así porque Madrid tiene una renta media mucho más alta, al menos un 10% superior a la catalana. Pero estamos hablando de cuantías muy reducidas, que habría que matizar. La primera sería valorar el coste histórico, reflejado en parte en la deuda pública estatal, de las otras políticas económicas nacionales para los habitantes de cada autonomía, que han pagado los menos favorecidos y que ha supuesto una transferencia de todo tipo de recursos, no sólo fiscales, de los que históricamente vivieron en las autonomías pobres a los de las más ricas. Aunque en la actualidad son pocas las políticas nacionales que pueden favorecer a unos sectores sobre otros, alguna sigue habiendo. Quizá la más importante sea la de promoción de I+D+i, que beneficia, por su propia naturaleza, a autonomías como las de Madrid y Cataluña, o las masivas compras de medicamentos por la sanidad pública, que favorecen claramente a las empresas farmacéuticas establecidas en Cataluña. Pero hay otras, como el Plan Hidrológico Nacional, que beneficia a los habitantes de Aragón, Cataluña, Valencia y Murcia.
La dificultad, mejor, si somos rigurosos, la imposibilidad de llevar a cabo estas operaciones es la mejor demostración de que toda la discusión sobre balanzas y transferencias fiscales entre autonomías es un disparate. Y lo es porque España es una nación desde hace mucho siglos y las decisiones políticas, con repercusiones económicas y fiscales, se han tomado por los sucesivos gobiernos nacionales con criterios nacionales, aun a sabiendas de que en algunas ocasiones se estaba beneficiando a algunas regiones sobre otras pero, siempre –esperemos que haya sido así– sobre la base de los intereses generales, a largo plazo.
Nadie tiene argumentos suficientes y probados para decir que el actual sistema fiscal perjudica a unas autonomías y beneficia a otras, o que una autonomía transfiere fondos a las otras. Nuestro sistema fiscal y económico no está pensado en estos términos, sino en clave nacional. Y lo que importa, por otra parte, son las personas, no los territorios, del carácter que sean. Si alguna vez se llegaran a hacer balanzas fiscales serían engendros políticos que reflejarían el poder de unos partidos sobre otros, de unas personas sobre otras, no un instrumento para asegurar la igualdad de oportunidades a nivel nacional, que debería ser el objetivo de cualquier político honrado.
Abus, crec que s'hauria de fer un usatge més rigurós de la paraula "Madrid", que tu empres aquí, crec, com Govern d'Espanya o conjunt de les comunitats. Si per Madrid, entenem la comunitat autònoma, aquest organisme aporta molt de milions a les altres comunitats, sobretot les rebedores, com Andalusia, Estremadura, etc.
He leído que la diferencia entre lo que Madrid nos da y lo que damos a Madrid es de más de 3.000 millones de euros anuales a favor del Estado. Con una décima parte de ese dinero no serían necesarios recortes tan salvajes en Baleares. Las inversiones en infraestructuras (AVE, …) y en gente (PER, …) en la península no se pueden hacer sobre las espaldas de los niños, enfermos, mayores y trabajadores baleares
Antoni Mulet une a su formación de laboralista la experiencia adquirida en la administración laboral autonòmica. Confiemos en que pronto pueda reemprenderse una gestión decidida de la gestión de la Mancomunidad a favor de la reinserción y el fomento de los emprendedores
Per quin motiu els batles no van voler continuar a compartir al recollida de fems? Semblava en principi una bona idea.