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Los operarios comenzaron a desmantelar ayer la cubierta metálica que cubre parcialmente las gradas del campo de fútbol de sa Pobla después de que los técnicos advirtieran a principios de semana del riesgo de derrumbe.

Las obras durarán entre 10 y 14 días y una vez finalizadas el campo quedará totalmente al descubierto con los vestuarios que hay ubicados justo debajo de la cubierta expuestos a las filtraciones de agua. Así, el alcalde, Biel Serra, explicó ayer que urge encontrar financiación para habilitar una nueva cubierta o bien impermeabilizar los vestuarios, clausurados provisionalmente.

El alcalde pedirá ayuda económica a las instituciones supramunicipales (Consell de Mallorca y Govern balear) ya que sólo el desmantelamiento de la cubierta de hierro le costará al Ajuntament entre 20.000 y 30.000 euros.

El presidente de la Federación Balear de Fútbol, Miquel Bestard, visitó ayer por la mañana las instalaciones acompañado del presidente del Poblense Miquel Bennàssar. El alcalde, Biel Serra, explicó que «en 2001, cuando un temporal se llevó la cubierta anterior de uralita y derrumbó varias torres de iluminación, la Federación colaboró en la sustitución de las torretas».

Precisamente el alcalde apunta a las obras de reparación llevadas a cabo en la cubierta en 2001 como una de las posibles causas del deterioro actual y es que entonces se remplazó la uralita por una cubierta metálica y se instaló una tela asfáltica que podría haber contribuido a concentrar el agua en los pilares.

Las obras no suponen la clausura del campo que seguirá su actividad con las gradas y vestuarios parcialmente precintados salvo que haya riesgo de viento.