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La última junta de gobierno municipal celebrada la pasada semana acordó aceptar el legado de doña Catalina Martí Adrover que tras su muerte dejó al Ajuntament la propiedad de un edificio situado en la primera línea del Moll, concretamente el conocido como bar Katy.

El testamento de Catalina Martí Adrover pone la condición de que su legado se destine a una fundación con fines sociales. El Ajuntament de Pollença deberá decidir ahora cuál es el destino final del legado, un inmueble valorado en 568.126 euros.

Fines sociales

«Es una cuestión que aún hay que definir, por la situación del edificio es complicado que tenga directamente un fin social pero se puede valorar la posibilidad de venderlo, por ejemplo y destinar los ingresos que se obtengan a un fin social como la residencia», dijo ayer el alcalde, Bartomeu Cifre Ochogavía.

El legado de Catalina Martí Adrover, generó en 2008 un gran revuelo en el municipio y es que aunque en un primer testamento la vecina dejaba como único beneficiario al Ajuntament con la condición de que el Ajuntament destinara los beneficios a realizar inversiones en la residencia, posteriormente apareció un segundo testamento holográfico, escrito a mano por la fallecida en el que Catalina Martí repartía sus bienes entre el propio Ajuntament y otras personas. Finalmente ha sido este segundo testamento holográfico el que se ha dado por válido por lo que el bar Katy será la única propiedad que se inscriba a nombre del Consistorio.

La herencia de Catalina Martí incluía numerosas propiedades en Pollença y el Moll y un buen número de obras de arte además de dinero en metálico.