El baile de las Àguiles se remonta al menos al siglo XVI. | Antoni Pol

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Perpetuando una costumbre que se inició hace más de cuatro siglos, las Àguiles y Sant Joan Pelós volvieron a bailar ayer de nuevo en Pollença, festividad del Corpus.

La principal novedad de este año fue el estreno de las dos réplicas de àguila que ha elaborado el artesano Antoni Socias. Las dos figuras históricas, las que se utilizaron hasta el año pasado, eran ya demasiado viejas y el Consistorio decidió restaurarlas. Finalmente, sin embargo, se ha optado por hacer nuevas réplicas.

Las dos hermanas que han estrenado estos caparazones de águila han sido Maria Antònia y Joana Maria Ferragut, de 23 y 20 años respectivamente. Por su parte, el joven de 20 años Francisco Morro hizo el papel de Sant Joan Pelós.

En parte debido al éxito de las Àguiles, la fiesta y la procesión del Corpus se conservan muy bien en Pollença. En este sentido, hay que destacar que las familias pollencines dejan hasta cuatro kilos de joyas –según se dice– para el lucimiento de las àguiles.

También se debe destacar el elevado número de turistas extranjeros, además de residentes, que presenciaron este curioso baile de figuras de origen medieval.