Los representantes políticos junto al Baltasar Perelló, ‘major’ de la Policía Local de Inca. | Maria Nadal

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Los agentes de la Policía Local de Inca han interpuesto un total de 21 denuncias desde el pasado mes de octubre a los propietarios de perros que no cumplen con la ordenanza municipal o por el vertido de residuos urbanos.

Para llevar a cabo este control se ha creado una patrulla formada por dos agentes de paisano que han hecho guardias entre las 7 y las 22 horas.

El alcalde de Inca, Rafel Torres, y la regidora de Interior, Margalida Horrach, presentaron este jueves los primeros resultados de la campaña de control por comportamientos incívicos.

Está previsto que la unidad medioambiental de la Policía Local continúe trabajando de forma indefinida por lo que seguirán las multas, que oscilan entre los 30 y 900 euros.

Torres explicó que la puesta en marcha de este departamento de la policía tiene el objetivo de erradicar «uno de los problemas diarios por los que recibimos más quejas». «Debido a los comportamientos incívicos en estas materias damos una mala imagen de la ciudad y tenemos que hacer un esfuerzo extra en limpieza, lo que también supone un gasto económico extra que pagan todos los vecinos».

Por lo que se refiere a la campaña de control de animales de compañía, los agentes se han centrado en las personas que conducen perros sin recoger los excrementos, en los animales abandonados y en los perros potencialmente peligrosos. En esta materia se han puesto, hasta la fecha, un total de 11 denuncias.

Sobre el vertido de residuos, se ha efectuado una vigilancia especial en los puntos más habituales de vertidos incontrolados como son el matadero municipal, el camino viejo de Biniamar o los alrededores del Puig de Santa Magdalena. En este apartado, los agentes han tramitado 10 denuncias.