Después de 15 años ininterrumpidos, esta cita gastronómica, enmarcado en las Festes del Carme, cuenta con una gran asistencia de público y una oferta culinaria de calidad.
El Passeig de la Sirena se convirtió en un improvisado restaurante al aire libre donde las sillas y las mesas no fueron suficientes para la demanda. A las 20.30 horas se abrían las puertas del recinto y en cuestión de minutos todo estaba lleno.
Los platos
Las propuestas gastronómicas todas tenían el pescado como base. Participaron un total de cinco restaurantes.
No faltaron los clásicos como el arròs negre o el frit de peix i marisc. Mucho éxito tuvo la tempura de peix i verdures amb salsa higashimaru que generó largas colas.
Los postres también deleitaron a los paladares más exigentes. Desde un semifrío de mango y fruta de la pasión, hasta un sorbete de menta y chocolate o un un brownie regado con almíbar de leche.
Este acto sirve asimismo de promoción de los vinos de la zona. Se contó con cuatro bodegas que ofrecieron sus caldos.
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