El centro sanitario ha celebrado el Día Mundial de la Salud Mental con una mesa informativa.

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Pacientes del Servicio de Psiquiatría del Hospital Comarcal de Inca han instalado este viernes una mesa informativa en el vestíbulo principal del centro sanitario para dar a conocer y sensibilizar a la población sobre la realidad de las personas que sufren una enfermedad mental.

El objetivo de esta acción, que se enmarca en el Día Mundial de la Salud Mental, es hacer frente al estigma y rechazo que sienten estas personas para conseguir de forma empática la convivencia sin prejuicios, según comunicado del Servei de Salut de les Illes Balears (IB-Salut).

Durante este viernes, los pacientes han entregado trípticos informativos sobre la salud mental que han redactado ellos mismos y que desmitifican algunos mitos sobre la salud mental.

En este sentido, los pacientes han dado a conocer que las personas con enfermedad mental no son más peligrosas o violentas que el resto de la población y que el origen de la enfermedad no está relacionado con el nivel cultural o el estatus social.

En la mesa también se han repartido puntos de libro que han elaborado con el lema de este año 'Ponte en mi lugar. Conecta conmigo' y lazos conmemorativos.

Por otra parte, el IB-Salut recuerda que una de cada cuatro personas sufre una enfermedad mental a lo largo de su vida. Asimismo, la enfermedad mental puede ser un proceso largo y doloroso, no sólo por la gravedad de su patología, sino por la imagen negativa que la sociedad posee de las personas con enfermedad mental.

Según el servicio de salud, gran parte del sufrimiento que padecen estas personas tiene su origen en el rechazo, la marginación y el menosprecio social que tienen que soportar, y no en la enfermedad en sí misma. Además, la percepción social de la enfermedad mental está sesgada por el desconocimiento y la desinformación, e influye en el aislamiento de las personas que la sufren.

En ese sentido, IB-Salut indica que estas campañas de sensibilización, la atención en la comunidad con servicios sanitarios y sociales de calidad, y sobre todo el normalizar el contacto directo con las personas afectadas, parecen ser las estrategias más eficaces para luchar contra el estigma.