El primer encuentro, en el que ha participado la consellera de Hisenda, Catalina Cladera, ha sido en el Port de Pollença, en un acto abierto para informar y debatir sobre la implantación del Impuesto de Turismo Sostenible.
Cladera ha defendido el carácter «redistributivo y solidario» de este impuesto turístico, para conseguir «repartir mejor la riqueza que genera el turismo y cambiar el modelo actual para hacerlo más sostenible».
En este sentido, ha reiterado que se empezará a cobrar en junio, que «es finalista y que la distribución de la recaudación que se genere la decidirá una comisión en la que estarán integrados los consells insulars y los ayuntamientos, entre otros».
Además, Cladera ha insistido en que «ningún turista dejará de venir por tener que pagar una pequeña cantidad por su estancia», y ha criticado que «si este impuesto hubiera estado vigente en 2002, ya habríamos destinado 1.000 millones de euros a cambiar hacia un modelo turístico más sostenible».
Por su parte, el conseller insular de Economia i Hisenda, Cosme Bonet, ha asegurado que este tributo «es necesario para paliar la huella turística y el desgaste del entorno, mejorar la competitividad y aumentar la sostenibilidad».
En cuanto al destino de la recaudación, el socialista ha apostado por hacerla de manera «flexible y sin porcentaje por islas, porque esto impediría llevar a cabo proyectos a largo plazo».
Junto a Cladera y Bonet también han asistido la diputada socialista Bel Oliver, y el secretario general de los Socialistas de Pollença, Joan Cifre, entre otros.
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