En la imagen, Xisco Sansó 'Mosca' y Biel Ferriol son los encargados de encarnar a los 'dimonis' de Artà en la fiesta de Sant Antoni. | Redacción Digital

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Xisco Sansó ‘Mosca' y Biel Ferriol son los encargados de encarnar a los dimonis de Artà, representantes de la fiesta mayor del municipio. Desde hace aproximadamente 20 años, el progreso de la fiesta ha sido muy positivo. «Cuando yo comencé a ser dimoni en el año 1992, asistían a la fiesta unas 500 personas pero desde que experimentamos el llamado boom de Sant Antoni, la fiesta se caracteriza por ser masiva y apoteósica», cuenta Sansó. En Artà permanece la tradición de salir a la calle a las 8 de la mañana para el berenar. Las pandillas comienzan a agruparse y las casas principales se llenan de personalidades. «La fiesta, cuando va bien, no se ha de tocar», aclara Ferriol.

Dos meses antes de la fiesta, los dimonis comienzan sus propios preparativos. «Hacemos determinados ejercicios y entrenamientos para realizar los balls de forma más activa, bailes que mantenemos intactos desde 1970. El recorrido que hacemos cada vez se extiende más, llegará un momento en que no habrá pueblo», explica ‘Mosca'. Los santantoniers esperan con afán la llegada de este día, en el que brotará la energía acumulada en un entorno de música, glosses y jolgorio.

«Una persona que se levanta de buena mañana, aguanta toda la fiesta y nunca deja solo al dimoni es un buen santantonier», define Ferriol. Los artanencs solo pueden alterar su fiesta mayor si la lluvia hace acto de presencia. «Si llueve estando los dimonis en la calle, la fiesta no termina», comentan.

La relación entre dimoni gran y dimoni petit es excelente ya que cada uno ejerce el papel del personaje que eligió. «Dar vida a los dimonis de Artà es lo mejor que nos ha podido pasar en la vida», puntualizan. «Lo más bonito que puede haber en un pueblo es que se mantengan sus tradiciones y culturas. Hay que sentir la fiesta, hay que vivir Sant Antoni», concluyen ambos dimonis esperando que llegue el lunes.