Este es el aspecto que presenta BCM por la noche, la oscuridad ha sustituido al habitual bullicio. | M. À. Cañellas

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Una consecuencia más del cierre de la discoteca BCM de Magaluf es la preocupación que suscita entre las agencias de viajes especializadas en los viajes de estudios. Y es que de los 22.000 estudiantes que llegan a la Isla cada año, unos 14.000 recalan en Magaluf y los otro 8.000 en Platja de Palma, y para ellos el local, ahora cerrado, era un importante aliciente.

Así lo manifiestan desde diferentes agencias. Francisco Bayarri, de Escape, aseguraba que la discoteca permitía tener a los menores concentrados y controlados en un determinado lugar. De mantenerse el cierre el año que viene, añadía, supondría un problema porque se podría producir el desvío de los escolares y adolescentes a otros destinos.

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Guillermo Nicolás Giordano, de Simple Trip, afirma que las reservas de este año ya estaban vendidas, aunque el cierre de BCM ha supuesto una decepción para muchos de los jóvenes que nos visitan. Su agencia suele traer a la Isla una media de 2.700 personas por temporada, principalmente de Andalucía, Madrid o Valencia, aunque también recogen de otros lugares de la Península.

Alfredo Muñiz, responsable de la agencia Juvenalia, por su parte, recuerda que la discoteca tenía un servicio para menores de edad y que el ambiente era muy bueno, «un ambiente sano» en esas sesiones solo para los menores. Muñiz apunta que después del cierre han recibido llamadas tanto de padres como de los mismos jóvenes para interesarse por el cierre, además de protestas continuadas por este asunto.