Los vermadors de este año, ofrecieron el primer mosto a Nostra Senyora de Robines. | Maria Nadal

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Binissalem puso ayer punto y final a los numerosos actos que han llenado dos semanas de celebraciones con motivo de las populares y tradicionales fiestas del Vermar.

Como cada año, los vasos de la iglesia fueron el escenario escogido para llevar a cabo el acto institucional en el que se anunció que la vendimia, cuya campaña acabará la próxima semana, terminará con 1.500.000 kilos de uva en los cellers, lo que se traduce en que habrá un 25% menos de producto con respecto al año pasado.

Se apuntó a las elevadas temperaturas de los meses de verano y la falta de lluvias como la causa de la reducción. Aún así, la uva es de buena calidad. Tras detallar el balance de los resultados de la vendimia de este año, las atenciones del público y de las autoridades se centraron en Maria Aloy, Marina Comas, Maria Bibiloni, Benito Fuertes y Pep Bennàssar que este año han representado el papel de los vermadors y vermadores que se encargan de ser la cara visible de la fiesta.

Justamente, uno de los momentos más significativos del acto de ayer fue protagonizado por estos cinco jóvenes. Después de que los vermadors pisaran los racimos de uva que dio el primer mosto, se llevó a cabo la ofrenda a Nostra Senyora de Robines mientras que la cantante Maria Cànoves interpretaba La Balanguera. El baile de los Gegants, Jaume i Aina, y la actuación del Tall de Vermadors completaron el acto.


El alcalde de Binissalem, Andreu Villalonga, no desperdició la ocasión para destacar el «orgullo, la generosidad y la estima del pueblo hacia las fiestas que crearon el poeta Llorenç Moya y los jóvenes del Club Atlant en el año 1965». La presidenta Francina Armengol aprovechó su visita a Binissalem para resaltar el compromiso de su Govern con el sector primario y aseguró que la institución «pondrá todos los recursos necesarios para combatir la Xylella».