La regidora de Sanitat y el alcalde se reunieron con la consellera y con los técnicos. | Assumpta Bassa

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Tras pedir públicamente la dimisión de la consellera de Salut, Patricia Gómez, por su «inoperancia» en la reforma del centro de salud de Cala Rajada, el alcalde Rafel Fernández y la regidora de Sanitat, Lorena Molinillo, se reunieron ayer con los responsables y técnicos de la Conselleria para tratar la situación de la obra de la Unidad Bàsica de Salut y poder agilizar esta reforma.

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Fernández afirmó que «la reunión ha sido provechosa, ya que se han marcado unas fechas claves para avanzar y se han comprometido a que en una semana los aires acondicionados estarán colocados». Cabe recordar que una de las quejas principales de usuarios y trabajadores era esta falta de climatización, una reivindicación de hace mas de tres años.

El alcalde apuntó que «en un mes se analizará el avance de la obra y, según la afectación que tenga sobre los usuarios, se decidirá todo el traslado del personal y del servicio de atención médica a Capdepera durante el transcurso de la reforma». Desde el Ajuntament insistieron en «la situación alarmante» de esta infraestructura sanitaria.