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El Ajuntament d’Alcúdia quiere ampliar el área de protección de la ciudad romana de Pol·lèntia incorporando a la zona pública del yacimiento la finca privada de la Tanca de Can Domènech, propiedad del hotelero Miquel Ramis.

Los resultados preliminares de las prospecciones geofísicas realizadas en esta finca revelan anomalías que sugieren la continuidad del barrio residencial de sa Portella y de la casa de Polymnia en los terrenos que están situados al otro lado de la carretera del cementerio. La finca está tasada en 1.215.420 euros.

El pleno del Ajuntament d’Alcúdia aprobará previsiblemente hoy esta y otras propuestas para ser financiadas a través de los fondos del Impuesto de turismo sostenible. La propuesta tiene un doble finalidad «en primer lugar, con el objetivo de incorporar estos terrenos al área de protección arqueológica para garantizar su preservación.

En segundo lugar, mirando hacia el futuro, las construcciones modernas existentes en la Tanca de Can Domènech y los terrenos de la parte norte de la finca donde aflora la roca natural se podrían utilizar perfectamente para equipamientos científicos y culturales ligados a la ciudad romana», dice el documento.

Oportunidad

Pol·lèntia es el yacimiento romano más importante de las Balears. Las fuentes clásicas revelan que con la conquista romana de las Illes por parte de Cecilio Metelo en el año 123 a.C. se fundaron dos grandes ciudades, Palma y Pol·lèntia, pero mientras que la ciudad moderna de Palma se construyó sobre los restos de aquella ciudad romana, en Alcúdia la ciudad moderna no se superpuso con la original.

Este hecho, bastante inusual, posibilita tener una visión total de la ciudad y su entorno y desde el siglo XVII han venido aflorando restos de gran valor. Desde el inicio de las excavaciones en los años 60 apenas se han excavado tres hectáreas, pero se estima que la superficie total de la ciudad podría alcanzar las 20 hectáreas, más allá de las 16 que se barajaban inicialmente.

Pol·lèntia no solo tiene un gran potencial científico, sino también turístico del que tanto el Ajuntament como el Consorcio de la ciudad romana del que forman parte junto al Ajuntament, el Govern, el Consell y el Gobierno central, son bien conscientes. En el año 2017 pasaron por el parque arqueológico 40.000 visitantes.