Recreación de la entrada al hotel donde se habilitará un bar que mantendrá elementos originales y detalles de galletas. | Redacción

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Algunos peatones miraban este jueves con curiosidad el interior del antiguo horno de Can Guixe que cerró en 2017 y que ahora se convertirá en la entrada del nuevo hotel urbano de Inca. La expectación en la ciudad es grande y este jueves los promotores realizaron una visita al edificio junto al alcalde Virgilio Moreno para explicar cómo se distribuirá el edificio.

El propietario del hotel, Antoni Navarro, resaltó que «las obras podrán comenzar en el mes de marzo y tenemos previsto que el establecimiento abra sus puertas poco antes del Dijous Bo». La inversión a realizar en este edificio de cinco plantas es de 1.100.000 euros y en sus inicios dará empleo directo a cuatro personas, además de numerosos indirectos.

La filosofía del hotel urbano situado en Can Guixe «se basará en una clientela de negocios, sin dejar de lado a turistas y residentes», comentó Navarro.

Se distribuirá en nueve habitaciones dobles que ofrecerán dieciocho plazas y con una de las estancias situada en la terraza superior que también servirá como bar al aire libre. La entrada se realizará en la planta baja, justo donde ahora se encuentra el horno de Can Guixe, y además de la recepción se instalará otro bar en el que se conservarán algunos elementos originales como las estantería. Además se incluirán azulejos con las galletas d'oli que marcaron el devenir de este conocido establecimiento inquer.

El representante del estudio de arquitectos encargado del proyecto manifestó que «todo el edificio será accesible para personas con movilidad reducida y contará con medidas de eficiencia energética».