La Fortalesa de Pollença está situada en un entorno privilegiado, solo accesible por tierra desde la zona militar. | Redacción Brisas

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El estreno el próximo 15 de marzo de la nueva serie de Netflix Turn up Charlie, rodada en la Fortalesa de Pollença, ha reabierto el debate sobre el hermetismo del conjunto patrimonial, blindado desde hace años contra las visitas públicas pese a que se trata de un Bien de Interés Cultural.

Cansado de esperar durante toda la legislatura que el Consell y la propiedad alcancen un acuerdo que garantice las visitas públicas a la Fortalesa, el alcalde de Pollença, Miquel Àngel March, insta ahora a los responsables del Consell a imponer por la vía de urgencia un régimen obligado de visitas. «Si después la propiedad quiere poner un recurso que lo haga, pero las visitas están amparadas por la Ley de Patrimoni», dice March.

Música, luces y una multitud bailando en una fiesta exclusiva mientras Idris Elba hace de DJ... Las primeras imágenes festivas que ha hecho públicas Netflix de su serie Turn up Charlie, contrastan con la demanda histórica frustrada de los pollencins para poder visitar cuatro días al mes la Fortalesa, tal y como marca la ley.

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La demanda de visitas públicas se ha disparado en los últimos años a medida que la Fortalesa ha ganado prestigio como exclusivo plató de cine. Además, también ha acogido eventos y bodas de vips como la protagonizada por la modelo Helen Lindes y el jugador de baloncesto Rudy Fernández.

El alcalde recuerda que mucho antes que eso «en sus orígenes, fue una fortaleza pública, hasta que se privatizó, como gran parte de las fortificaciones de Mallorca, entre otras la del Castell del Rei».

Aunque no se trata de una competencia propia del Ajuntament hace ya más de un año que el consistorio envió al Consell un convenio para regular el régimen de visitas que copia el modelo que se aplica con éxito desde hace años en la almazara de Son Torrella en Santa Maria, también de propiedad privada y catalogada como Bien de Interés Cultural.

«Hemos hecho lo impensable por poner de acuerdo al Consell y a la propiedad pero llegados a este punto y viendo que la propiedad pone toda serie de excusas, el Consell tiene que tirar por la vía directa e imponer un régimen de visitas», añade March. Cabe recordar que la ubicación estratégica de la Fortalesa fue el principal argumento utilizado durante años para no regular los permisos de visita pública amparados por la ley de Patrimoni. Situada en una Península, se accedía originalmente a la propiedad a través de la base militar del Port de Pollença. No obstante, hace tiempo que el Ministerio de Defensa y el Ajuntament encontraron una vía para poder autorizar visitas reguladas y que el acceso no sea un impedimento.