El acto más solemne de la Festa del Vi Novell tuvo lugar anoche en Ses Cases dels Mestres. | Lola Olmo

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La Festa del Vi Novell de Santa Maria tuvo este viernes por la noche uno de sus actos más solemnes, con la entrega de la insignia del ‘brot de pi’ a la exalcaldesa del municipio Rosa Vich y a la periodista Conxa Rossillo, en agradecimiento al apoyo prestado durante años a la difusión de la cultura del vino y en particular a su arraigo en este municipio del Raiguer.

El pequeño auditorio de Ses Cases dels Mestres se quedó pequeño ante el interés despertado por este acto, que contó con la presencia de representantes de las siete bodegas que hay en el municipio, Sebastià Pastor, Jaume de Puntiró, Bodega Àngel, 7103 Petit Celler, Ramanyà, Son Crespí y Macià Batle, así como del Consistorio, del Consell, del Govern y del municipio catalán de Elmasroig, con el que se han hermanado con motivo de la Festa del Vi Novell.

La música de Gori Negre amenizó con sus tonades, una de ellas escrita para la ocasión, una velada en la que las ramas de pino llegaron al son de las xeremies, portadas por miembros de la asociación de Persones Majors del municipio para después entregarlas a cada bodeguero.

Uno de los momentos más divertidos fue la entrega del premio a la ganadora del concurso de carteles para difundir la fiesta, Aina Machado. El premio consistió en botellas de vino equivalentes a su propio peso, por lo que antes hubo que pesar a la diseñadora sobre una antigua balanza.

Rosa Vich recibe el brot de Pi de Santa Maria

También se premió la implicación de los comercios en la decoración de sus escaparates con motivos relacionados con la fiesta, un premio que este año fue para la mercería Estil Nou. El Ajuntament de Santa Maria puso en marcha la Festa del Vi Novell hace 17 años. La idea era recuperar la antigua tradición mallorquina de colgar una rama de pino sobre el portal de los celleres para anunciar que ya se habían abierto las barricas del vino joven. Como recordó Rosa Vich en su aplaudido discurso,«queríamos reivindicar la viña y el vino por su larga tradición y arraigo en Santa Maria, en unos tiempos en los que el potencial vinícola de nuestro pueblo quedaba algo diluído».

Con los años, la fiesta ha ido a más y los distintos colectivos santamariers se han sumado a la iniciativa que hoy lidera la Associació de Cellers de Santa Maria. Al son de las xeremies, este viernes contó incluso con la presentación de un nuevo capgròs que ampliará la colla de Gegants y Capgrossos, el «esclau de Can Fuster» y la lectura de su propia rondalla.