Los Cavallets tuvieron el honor, este año, de pasar bajo el palio. Miembros de El Coso les esperaron en la calle Roca den Boria. | Gori Vicens

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Felanitx vivió este viernes una fiesta de Sant Agustí muy diferente al jolgorio habitual. Aunque se presentaba como una fiesta muy descafeinada, finalmente tuvo su momento de gloria para los siete niños y niñas que integran Els Cavallets. Una docena de miembros de la peña El Cosso (la más conocida) les endulzó el día acompañándoles bajo palio durante parte del pasacalles hasta la Casa Consistorial.

Antes, a las 11 de la mañana, hubo oficio religioso en el Convent de Sant Agustí y, debido a las restricciones sanitarias, una vez finalizada la eucaristía los Cavallets danzaron los bailes característicos al son de las xeremies en el interior del templo y no en la plaza como se hace habitualmente con el calor humano de cientos de personas, la mayoría ataviados con la camiseta del Cosso. Pero ayer, por arte de magia, la Quica, emblema de la peña de El Cosso, volvió a resucitar, aunque sólo fuera por unos minutos. A la salida de misa allí estaba la Quica que fue portada por uno de los Caparrots que forman la comitiva junto a los Cavallets y los dimonis. Detrás de estos desfilaron las autoridades municipales.

FESTES DE SANT AGUSTI.

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Cuando la comitiva se acercó a la calle sa Roca den Boira, de regreso a la Sala, la sorpresa fue todavía mayor ya que se toparon con el gran doser, y fueron acompañados bajo palio. De esta forma sencilla pero muy emotiva, el Cosso rindió homenaje a éste grupo de pequeños danzarines. Ante el Ajuntament la Quica (postiza) bailó bajo el palio, como siempre, al son de la canción ‘amigo Félix', convertido en una especie de himno de este día de fiesta.

Estos minutos de pasacalles y fiesta contrastaron con el vacío que reinaba en el resto de la ciudad. Por las calles de Felanitx no circulaba casi nadie. Había menos gente que un día normal, era festivo, los comercios estaban cerrados y, como habían anunciado, muchos bares optaron por no abrir. «Hay más policía que gente», espetó un ciudadano que paseaba.

El Ajuntament había montado un amplio dispositivo policial con más de 40 agentes, entre Policía Local, Guardia Civil y Protecció Civil para velar que se cumplieran las normas de seguridad sanitaria y que no hubiera botellón. Y así fue. No hubo ni aglomeraciones ni incidentes.