¿Qué trabajo se lleva a cabo desde la Associació de Veïnats de Porto Cristo?
— Primero de todo quiere explicar que decidimos presentarnos a la nueva junta de la entidad porque no estábamos de acuerdo en cómo se hacían las cosas. Durante muchos años AIPC ha estado en el Ajuntament de Manacor y es verdad que se han hecho cosas muy positivas pero consideramos que había muchos barrios donde no llegaban los servicios básicos. Recuerdo que la máquina de limpieza no había pasado nunca por algunas calles y que en sa Torre, por ejemplo, había calles sin luz. Todo el mantenimiento se centraba en el paseo de la Sirena y la primera línea cuando en Porto Cristo vivimos unas 8.000 personas por lo que no solo se debe cuidar la parte más turística, sino que se tienen que cubrir todas las necesidades del pueblo.
¿Con este objetivo se constituyó la nueva junta de la asociación?
— Sí. Y también para hacer de puente entre los vecinos y los políticos.
No debe ser un trabajo fácil hacer de este puente...
— La verdad es que no nos podemos quejar porque tanto el regidor delegado de Porto Cristo, Sebastià Nadal, como el alcalde Miquel Oliver nos tienen muy en cuenta y nos piden opinión. De hecho, la política siempre tiene que ser consultada a los vecinos y los representantes políticos deben gobernar para todos sus vecinos, no solo para sus votantes. En este aspecto estamos contentos con el trabajo de Nadal porque nos pidió opinión para hacer propuestas de obras para ejecutar con el remanente de tesorería. Nosotros hicimos una consulta a los vecinos a través de las redes sociales y le pasamos el listado.
¿Cuáles son las necesidades de Porto Cristo?
— La más importante es una escuela nueva, porque que no se haya podido construir un centro en 20 años es difícil de entender. También hace falta un casal de jóvenes y una actuación en las zonas deportivas, dónde hace más de 16 años que no se cambia el césped del campo de fútbol. En la carretera de Son Servera también es urgente hacer una actuación porque se inunda cada vez que llueve. Son necesidades que hace mucho tiempo que se reclaman.
Entonces, ¿se puede decir que os sentís como el hermano pequeño de Manacor?
— En muchos aspectos sí. Solo pedimos que se nos tenga en cuenta a la hora de planificar inversiones o llevar a cabo actos culturales, que hasta hace poco estaban centralizados en Manacor. De todas formas, también es verdad que durante el último año hemos notado que se nos pide opinión desde el Ajuntament.
¿Se arreglarían estos problemas con la independencia de Porto Cristo?
— Primero se tiene que dar la opción a que los vecinos puedan escoger y si se tiene que hacer una consulta se debe poder hacer. De todas formas, AIPC surgió para conseguir la independencia y con la idea de que si entraban en el Ajuntament de Manacor tendrían más fuerza, pero una vez dentro no se volvió a hablar sobre el tema y han pasado 20 años. Hace gracia que ahora resurja porque creo que la política debe estar por encima de los intereses de cada partido. El gobierno tiene que mirar por sus vecinos pero la oposición, también. A día de hoy, los políticos me parecen un grupo de niños malcriados que se pelean en un patio de colegio.
Por sus palabras se deduce que usted no tiene aspiraciones políticas...
— Aunque mucha gente del Port cree que en unos años quiero entrar en la política local, la verdad es que no tengo ningún interés. Lo único que hemos querido ha sido despolitizar la asociación de vecinos para que todos los que quieran puedan entrar. Solo aspiramos a que se nos tenga en cuenta a la hora de ejecutar proyectos en Porto Cristo y que se consulte a los ciudadanos sus preferencias.
Como propietario de un bar, ¿cómo vive la pandemia y el cierre de su establecimiento?
— Muy mal. Siempre hemos hecho cumplir las normas que nos han marcado pero la situación es un sinvivir porque las facturas nos llegan igual, pero las ayudas no. Las administraciones deben poner soluciones a esta situación.
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