En el taller municipal trabajan desde principios de febrero una veintena de empleados del Ajuntament para soldar, pintar y reparar 500 de las 2.000 sombrillas que tiene en stock y 1.000 de las 4.000 hamacas.
El Ajuntament apuesta por reabrir las playas para contribuir a dar «una imagen de normalidad y un servicio a residentes y turistas» a sabiendas de que el servicio será deficitario. Así lo explica el regidor de servicios, Domingo Bonnín. «La temporada pasada cerramos con una recaudación de 180.000 euros, cuando en un año normal recaudábamos 2 millones», dice.
Delimitación
La experiencia lleva al aprendizaje y este año desde el inicio de temporada se delimitará con cuerdas la zona más crítica en cuestión de aforo: el pinar en la llamada ‘playa de los franceses'. Quiere evitar así que, saltándose, las medidas de prevención de contagios haya personas que se instalen junto a las hamacas de alquiler sin respetar la distancia de seguridad establecida.
En julio, agosto y septiembre de 2020 el Ajuntament contrató informadores encargados de controlar los aforos y cerrar las playas en casos de masificación. Los cierres afectaban cada fin de semana a las playas del norte: Manresa, s'Illot y Alcanada.
Los precios, que ya se mantuvieron el año pasado en los mismos parámetros que antes de la pandemia, se congelan también este año y serán de 6,5 euros por hamaca. El 8 de junio de 2020, primer día en que se dio el servicio hace un año, no se hizo ni un euro de caja.
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