Imagen de la caravana de coches que ayer colapsó por completo la carretera que conduce a la playa de es Trenc. | Pedro Aguiló Mora

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Acceder al aparcamiento de la playa de es Trenc se ha convertido en un via crucis en pleno mes de agosto. La de ayer fue otra jornada más de caos circulatorio total en pleno parque natural.

Centenares de coches volvieron este jueves a colapsar por completo la angosta vía que, a través del espacio protegido de es Salobrar y desde la salinera Flor de Sal, conecta la carretera de la Colònia de Sant Jordi con la zona de aparcamiento habilitada en pleno parque natural. La hilera de automóviles a lo largo de las marismas se prolongó durante horas agotando la paciencia de no pocos conductores que, hartos de esperar, estacionaron sus automóviles a un lado del camino y decidieron cubrir a pie el trecho que les separaba de la playa.

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Un comportamiento, el de dejar el coche aparcado de cualquier manera al borde de la carretera, que no hizo sino complicar más si cabe la circulación por la zona, amén del perjuicio que supone para la flora autóctona.

En declaraciones a este diario, un ciclista que rodaba ayer entre es Salobrar y es Trenc, consignó que el colapso afectaba a muchas familias con niños que, pese al aire acondicionado de los coches, empezaban a sucumbir al calor reinante en la zona. Esta persona también quiso afear la actitud de algunos conductores que habían «aparcado en cualquier lugar y se han ido andando». Asimismo, este ciudadano mallorquín, testigo directo del caos circulatorio, considera que «si es un parque natural, no debería permitirse dejar la carretera llena de coches en marcha». Los automovilistas tardaron aproximadamente 45 minutos en cubrir los apenas dos kilómetros que distan entre la salinera y el párking.