«En primer lugar –señaló–, está la edad, que no perdona, y en segundo, los cambios que ha habido en la sociedad. Hoy está todo mucho más politizado, además de digitalizado. Por tanto, ha de ser la juventud responsable quien deba seguir manejando la situación difícil en la que estamos sumergidos. Para mí, no ha sido fácil dar ese paso, ya que es difícil separarse de lo que se crea durante años, y que encima se quiere... Pero, sinceramente, este paso estaba pensado darlo hace tres años. Pero si por entonces lo hubiese hecho, habría contentado a determinados personajes del sistema corrupto, que no saben vivir sin atacarme».
Es Llogaret
Ni que decir tiene que Rabasco, desde siempre, se ha considerado persona opuesta a la mayoría de este sistema, cosa que sigue reconociendo que es así, y de lo cual no rehuye hablar: «Hace algo más de 40 años que llegué a Mallorca, y lo hice como policía nacional, profesión que para determinados miembros de la política separatista, siempre ha sido motivo de desprecio. Cuando me presenté ante el jefe de mi compañía, lo primero que me dijo fue que «en Mallorca se vive muy bien», recomendándome «que no me metiera en problemas». O sea que, servicio normal, y allí paz y aquí gloria, lo cual no estaba en mi línea. Y como encima fui el secretario general del sindicato policial, SUP, como comprenderá, ese cargo me suponía un gran problema ante los jefes».
A continuación nos hace un breve resumen de los 33 años como presidente de ASI: «Ha habido buenos y malos momentos, como en todas partes. Es evidente que para mí hubiese sido mucho más cómodo afiliarme al PSOE, o al PP, como se me había ofrecido años antes, por lo que, de haberlo hecho, seguramente hoy estaría muy bien colocado y protegido en algún recóndito lugar donde nadie te ve, ni te pide explicaciones, eso sí, cobrando a final de mes. Pero cuando decidí irme a vivir a s'Arenal de Llucmajor, me di cuenta de que ninguno de estos partidos políticos se había preocupado por el deterioro y falta de servicios que padecía su núcleo de población. Porque para no tener, no tenía ni nombre, tanto es así, que en el Ajuntament se conocía a s'Arenal como Es Llogaret. Y fui yo, como concejal, quien promocionó el nombre de s'Arenal de Llucmajor, y si no, ahí está la Historia para quien quiera consultarla. A partir de ahí, y durante 23 años, que son los que estuve de concejal, de prácticamente no haber nada en s'Arenal, pasamos a tener casi de todo, lo cual conseguí a costa de mucho trabajo y no pocos esfuerzos. Por ello, me siento orgulloso de lo que hice por mi pueblo y por las muchas familias a las que pude ayudar».
Un partido político a exterminar
Pese a lo hecho –le decimos– su reputación política se vio varias veces deteriorada. «¡Pero es que es normal que haya sido así! –replica–, ya que ASI ha sido, y sigue siendo, el partido político a exterminar. Fuimos los únicos que nos enfrentamos a la imposición catalanista, y eso se paga y sigue pagando. Los únicos que nos enfrentamos a la corrupción del PSOE, y también, los únicos que nos enfrentamos a los caciques del pueblo, que por el hecho de ser del PP, se creían los dueños del mismo… Y aún hoy se lo siguen creyendo… Y eso es como ser un David, sin honda, ante el gigante Goliat».
Jamás fui condenado por robar
Rabasco estuvo condenado. Incluso pasó por la cárcel, un episodio que, según nos dice, lleva clavado en el alma. «Sí –asiente con rotundidad–, lo llevo clavado en el alma. Guardo un asqueroso recuerdo de todo aquello. Especialmente del abogado ‘defensor' que nunca, durante siete años de martirio judicial, se leyó ni siquiera la primera hoja de la instrucción, y en las conclusiones del juicio, para brindarse al fiscal, pidió que se me condenara por un delito que ni tan siquiera se había instruido. ¡Ni los jueces de la Sala daban crédito a la actitud de ese elemento! En fin, para gritar».
Y a todo cuanto dice, añade: «Vaya por delante que a mi jamás se me ha condenado por robar. ¡Por favor!, que quede muy claro... Aunque a algunos les venga bien manifestarlo a fin de justificar lo que ellos siguen haciendo. Y si me pregunta sobre si me arrepiento de algo, le diré que, hoy en día, sí que me arrepiento de no haber abierto la boca cuando pude hacerlo por no airear ciertas corrupciones, que al final me comí yo».
¿Si para sus adversarios no hubiese existido ASI, habría que haberlo inventado?, le preguntamos. «La historia de ASI es interminable, puesto que casi 40 años dan para mucho, a lo largo de los cuales he conocido a toda clase de personas, personajes y personajillos. Pero como le he dicho, a ASI, y especialmente a su presidente, había que exterminarlos al precio que fuese. Hoy en día, todavía, media docena de descerebrados publican en las redes sociales aquellas condenas de hace años, que sentenciaron en primera instancia, sin tener en cuenta que finalmente fueron sobreseídas, rebajadas o cumplidas. Pero, claro, si se dice la verdad, entonces desde la oposición no se puede hacer daño, por lo que se acaba la función. Y entonces, ¿cómo justifican sus corruptelas?».
Su sucesor
Antes de concluir había que tocar dos temas más. Uno: en quién recaerá la presidencia de ASI. «Cuando presenté al comité mi renuncia, propuse que la presidencia, hasta la celebración del nuevo congreso nacional, recayese en José Pastor Cantallops. Creo que será un buen líder, aunque va a necesitar el apoyo de todos para conseguir los cinco concejales que nos hemos propuesto sacar en las próximas elecciones municipales en Llucmajor».
Y dos: ¿Abandona ASI? «Me moriré siendo defensor y ayudando a mi partido. ¡Y ahora más que nunca! Pero lo haré desde la base, para que nuestro pueblo vuelva a brillar como cuando yo estuve al frente de s'Arenal».
6 comentarios
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Un crack en el centro de los focos y fuera! Molta sort mestre!
Naci en el año 1956 en Llucmajor y ya mis padres me llevaban al Arenal, o sea que Usted no invento nada.
Adeu !....... Tanca en sortir
No sabía que siguiesen existiendo lo cual dice bastante de la poca relevancia que han tenido.
vividores en un partido sin ningún protagonismo,,,
Una realidad paralela en el interior de otra realidad paralela en agobiantes círculos concéntricos.