El alcalde de Escorca, Antoni Solivellas.

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Tras varios meses de inactividad, en enero se reanudarán las reuniones entre el Govern, el Consell y los alcaldes de los municipios de la Serra de Tramuntana para buscar soluciones al colapso que se produce en las carreteras de esta comarca los fines de semana y especialmente, cuando hay nieve. En enero pasado, el alcalde de Escorca, Antoni Solivellas, fue uno de los primeros en denunciar esta situación que se viene produciendo desde hace años y que afecta de lleno a los accesos a Lluc, alrededores del santuario, del embalse de Cúber, áreas recreativas y carretera de la base militar. Entonces ya alertó de que en caso de producirse un suceso grave, sería imposible el acceso de los vehículos de Emergencias y ambulancias porque las carreteras estaban totalmente bloqueadas, con kilómetros de cola de coches que no podían avanzar, y muchos otros aparcados en las cunetas, impidiendo maniobrar.

A raíz de esa situación registrada de nuevo en enero, se iniciaron una serie de conversaciones, básicamente a través de un chat de Whatsapp que ha permanecido inactivo durante meses hasta que, ayer, la Direcció General d'Emergències del Govern convocó a los participantes a una nueva reunión el próximo 12 de enero. En la primera tanda no se tomó ninguna decisión relevante para impedir este fenómeno que se repite en la Serra, ya sea en Lluc, en la carretera del Castell d'Alaró o en Campanet cuando brotan las Fonts Ufanes.

El apunte

Un invierno sin nieve ha minimizado la problemática

Este invierno no ha nevado por ahora, un factor que produce un efecto llamada hacia la Serra los fines de semana. La progresiva apertura del comercio, restauración y ocio ha incidido en una menor afluencia de gente en la montaña los fines de semana.