En na Camel·la los mejores ‘palcos’ ya estaban repletos casi una hora antes para ver pasar las carrozas y comparsas. Este año entre los temas elegidos hubo dedicados al mar como los piratas o las medusas. Pero también jardineros, unos súper héroes para salvar el planeta o los dulces del Manacor Endolcit. La mayoría de comparsas estaban organizadas por las Amipas de los centros escolares y hay que señalar que en la edición de este año hubo una menor participación que en los años previos a la pandemia. Al final, grandes y pequeños disfrutaron de la tarde festiva que sirvió para poner fina a las Fires iFestes.
Cossiers
El flabiol y tamborino de Tià Capó empezaba su melodía, y los corazones de los manacorins más amantes del folklore local se ensanchaban. Los Cossiers volvían a danzar. Es Peuet, la Balanguera -en dos versiones, larga y corta- o es Broquers fueron los bailes interpretados en el recorrido bajo la atenta mirada de su coordinador Sebastià Matxet. Viejos cossiers y amigos de los danzantes itineraban orgullosos de su colla, y siempre con Aina Sansó en el recuerdo. Sansó fue una de las tres mujeres -con Maria Coloma Gelabert y Maria Galmés- rescataron el baile del olvido. Fue a los inicios de los años 80 y desde entonces Manacor vuelve a veure ballar Cossiers. La tarde noche del sábado el protagonismo festivo fue para el vino. Los Tastavins de la ciudad volvieron a celebrar una cata masiva en el Parc. Entre copas, los cientos de vecinos que se acercaron pudieron catar los mejores vinos del municipio.
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