Imágenes de los atascos en la Serra. | Ajuntament d'Escorca

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La apertura de varios tramos de las carreteras de la Serra de Tramuntana que habían estado cerrados el sábado hizo este domingo de «efecto llamada» de una multitud que quería ver la intensa nevada y que el día anterior no pudo acercarse, al estar cerrados todos los accesos. El resultado han sido carreteras colapsadas.

La carretera de Caimari a Lluc es una de las que se saturaron desde primera hora de este domingo, cuando ha sido reabierta al tráfico. El alcalde de Escorca, Antoni Solivellas, ordenó el cierre de la urbanización de Es Guix al no quedar sitios para aparcar desde las ocho de la mañana, al igual que en las calles de Son Massip, las escasas zonas de aparcamiento disponibles en los laterales de la carretera de la Serra, entre el Coll de sa Batalla y el cruce de sa Calobra. Este tramo, que había permanecido cerrado todo el sábado, se ha abierto al tráfico a primera hora del domingo, permitiendo que el embudo de coches no se concentrara en el Coll de sa Batalla. Pero al mediodía ya se había vuelto a cerrar ante los atascos que se han producido. También se ha reabierto al tráfico la carretera de sa Calobra, pero el tramo entre este cruce y el Mirador de ses Barques ha continuado cerrado.

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El Ajuntament d'Escorca activó su protocolo para cerrar los accesos a sus zonas urbanas cuando ya no ha quedado sitio para aparcar, pero esto no ha impedido que el colapso se haya trasladado a la carretera y a las cunetas. «Nosotros no tenemos policía ni competencias para gestionar este alud, solo podemos actuar en las zonas urbanas de Escorca para facilitar que los servicios de Emergencias puedan llegar si fuese necesario», apunta el alcalde.

Otra de las consecuencias del acceso masivo a la Serra es «que muchos vienen con perros sueltos que no están acostumbrados». Este sábado un payés de Escorca encontró muerta una de sus ovejas con mordiscos de perro.