Debido a las anomalías térmicas, el Consell Regulador autorizó el riego en mayo y con las olas de calor se han producido pérdidas de agua en el subsuelo que han obligado a realizar aportaciones puntuales de líquido. El clima seco ha hecho que las plagas no sean protagonistas.
Según la DO Binissalem, los viticultores coinciden en que «hay más uva y esta presenta un estado sanitario muy bueno», aunque habrá que esperar a los próximos meses.
Los viticultores disponen de la tecnología y los conocimientos técnicos para monitorizar las necesidades de las cepas y trabajar para minimizar los efectos provocados por el cambio climático, que son cada vez más evidentes, con irregularidad del régimen de lluvias y oleadas de calor más frecuentes y de mayor duración. Un año más realizarán algunas prácticas como: vendimias antes del amanecer, enfriamiento de las uvas antes de ser procesadas,… para garantizar la calidad de los vinos elaborados.
Para iniciar la vendimia, los viticultores valoran el grado de maduración idóneo, es decir, tanto la concentración de azúcares como la maduración fenólica, que determinará el momento óptimo en función del vino al que se destine esa uva, parámetros condicionados por la disponibilidad de agua y la temperatura ambiental. Si bien, cabe esperar el momento idóneo para vendimiar, deben valorarse muchos otros parámetros que no pongan en riesgo la calidad de la uva y garanticen la cosecha.
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Me alegro mucho', yo consumo vino mallorquín, tiene un sabor especial diferente.